Paso adelante
21 de febrero de 2018
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El nuevo gobierno comunista de Nepal se ha propuesto sacar al país del empobrecimiento extremo en que le han dejado anteriores regímenes burgueses, feudales y monárquicos, y para ello tiene previsto un ambicioso programa que le podría permitir recuperar al tesoro una gran cantidad de dinero imprescindible para ello.
Apoyándose en una mayoría popular que le dio el voto victorioso en las más recientes elecciones y, principalmente, en la unidad entre los dos partidos comunistas allí existentes, el gobierno que encabeza el primer ministro K.P. Oli está entronizando una campaña contra la corrupción que le proporcionará importantes recursos, unido al uso más eficiente del dinero de los impuestos.
El federalismo fiscal es importante en el programa de la izquierda por lo cual se espera devolver el 50% de los recursos a los gobiernos provinciales y municipales, y así podrían utilizar mejor el dinero para el desarrollo local.
La apuesta es que un gobierno estable atraerá inversiones y turistas a Nepal, y que el dinero pueda ser utilizado para desarrollar la agricultura orgánica y la energía limpia (incluyendo la energía hidroeléctrica), aligerando la carga de la importación energética.
Todo lo anterior está previsto por el premier Oli, quen tiene como importante meta lograr la estabilidad de la nación, aunque sabe que no es suficiente para combatir la gran pobreza y la debilidad en la infraestructura.
De ahí que haya dado la bienvenida a la inversión extranjera para construir una infraestructura básica, incluyendo un ferrocarril chino desde el Tibet, una posición que pudiera pensarse que será un acercamiento extremo con Beijing, pero los comunistas nepalíes piensan situarse equidistante entre China y la India, los gigantes regionales.
Todos los partidos de Nepal – incluyendo los monárquicos – quieren que su país salga de la condición de país subdesarrollado en el 2022. Lo que les diferencia es como alcanzar ese objetivo.
La alianza comunista se compromete a que los ingresos per cápita crecerán hasta el equivalente de 5 000 dólares anuales desde un magro 862 en la actualidad, para lo cual se requiere inversión en educación y salud, así como aumentar dramáticamente el número de empleos para los jóvenes (actualmente dos millones de veintiocho millones de nepalíes trabajan fuera del país).
Oli ha pedido a todos los partidos unirse a la alianza comunista para elevar el nivel de vida de la población de Nepal. Es una política lógica, humana y que muchos consideran astuta, porque la agenda comunista se convertiría en la nacional, y presionará a las clases dominantes y las castas superiores (lamentablemente existentes) para que no bloqueen la política de desarrollo social.
Para esta nación, conocida como El Techo del Mundo, por las enormes altitudes en su territorio, sería un paso adelante.
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