Otras escaramuzas de la guerra no convencional contra Cuba

12 de abril de 2014

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Orlando Oramas León

La revelación del programa ZunZuneo parece ser la caja de Pandora por la cual salen a la luz pública otros aprestos desestabilizadores del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, que se vale de cualquier medio para implementarlos.
Antes fue la agencia Associated Press quien dio a conocer toda la madeja en torno al ZunZuneo para incidir en la juventud cubana a través de una plataforma al estilo Twitter. Ahora tocó el turno a la revista Newsweek sobre la pretensión de penetrar las organizaciones masónicas cubanas.
Un amplio reportaje del periodista Jeff Stein, titulado “Bahía de Cochinos: Cómo los masones se vieron involucrados en un complot para derrocar a Castro”, señala la participación de Akram Elías, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Washington, en una operación encubierta para provocar un cambio de régimen en la Isla.
Tal y como ocurrió con ZunZuneo, detrás de la operación está la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que utiliza empresas fantasmas, contratistas, agencias de espionaje e incluso bancos extranjeros.
La publicación califica de extraño que Elías, según su sitio web Capital Group Communications, tuviera contratos de relaciones públicas con 18 agencias de Seguridad Nacional en el gobierno de Barack Obama, incluyendo el Departamento de Justicia, el Departamento de Estado, la Administración de Control de Drogas y el Departamento de Seguridad Nacional.
Pero evidentemente esos nexos le convertirían en jugador clave en una campaña de larga duración de la USAID para erosionar a las autoridades cubanas.
¿Por qué Elías ? ¿Por qué Cuba?, se pregunta Newsweek. “Porque, en otro giro extraño aquí, Elías era un alto oficial de la masonería, centenaria organización protestante y con una larga historia en Cuba, oportunidad que aprovecharon los ideólogos derechistas de la USAID para darle otro giro a la carrera en el derrocamiento del régimen comunista, apunta.
Añade que en 2009, Akram Elías estuvo en La Habana para sostener una reunión con Alan Gross, un subcontratista de la USAID, que en diciembre de ese año fue arrestado por introducir ilegalmente equipos de comunicaciones avanzadas de Internet.
De acuerdo con un documento presentado por las autoridades cubanas durante su sentencia en 2011, Gross recibió una llamada en Washington en noviembre de 2009 de Elías, “un ex Gran Oficial de la Washington Masonic Lodge, que se caracteriza por su clara oposición al sistema político cubano”, consiga la fuente.
El propósito era instalar el sistema de comunicaciones que Gross introdujo en Cuba para instalarlos en las logias masónicas cubanas.
Intentos como estos explican que los pueblos deben estar preparados y conscientes para enfrentar las nuevas modalidades de agresión de Estados Unidos que conforman la guerra no convencional u golpes suaves, entre otras denominaciones.
No hay que dejarse engañar cuando la Casa Blanca recorta sus fondos para el Pentágono, porque se incrementan a cifras sin precedentes los recursos para las Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajan en estrecha cooperación con las agencias de inteligencia para asegurar la presencia de Estados Unidos en 120 países.
El objetivo es socavar las bases de los gobiernos legítimos que no se plieguen a los intereses de la Casa Blanca, como se muestra en la Circular de entrenamiento 18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales norteamericanas, publicada en noviembre de 2010 bajo el título “La Guerra no Convencional”.
Tal circular del ejército norteamericano sintetiza las experiencias militares de Estados Unidos y cita a países donde aplicó “operaciones con un mínimo de participación para presionar a un adversario”: los Estados bálticos (Estonia, Lituania y Letonia), Guatemala, Albania, Tíbet, Indonesia, Cuba, norte de Vietnam, Afganistán o Nicaragua.
El presidente cubano, Raúl Castro, denunció recientemente las nuevas formas de agresión aplicadas en países como Ucrania y Venezuela. El jefe de Estado alertó de planes para aplicar la guerra no convencional contra Cuba, en particular para incidir en los jóvenes.