Otra vez el veto Made in USA
21 de febrero de 2024
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Cuando la representante del gobierno de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greemfield, levantó su mano solitaria para vetar un proyecto de Resolución propuesto por los estados árabes y Argelia para alcanzar un cese al fuego en Gaza, la comunidad internacional recibió otra bofetada, arrogante y prepotente, no importa que esos cinco dedos de la mano alzada, signifiquen más muertos y heridos en Gaza, escenario del genocidio israelí contra los palestinos.
Esto ocurrió precisamente el martes 20 de febrero, y es la tercera vez, de forma consecutiva, que la administración estadounidense se encarga de tan vergonzosa acción.
Y si cínico fue vetar la Resolución, más lo es la justificación para ello: «el proyecto no logrará una paz duradera, sino que prolongará el cautiverio de los rehenes en poder de Hamás», argumentó la diplomática yanqui.
Pero hubo más, cuando advirtió que: «Cualquier medida que tome este Consejo debe ayudar, y no entorpecer, estas delicadas negociaciones en curso».
Muy clara y desafiante esta señora en sus declaraciones, en las que, evidentemente, acusa a la totalidad de los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU menos a ella —de entorpecer el proceso de paz que, excepto Estados Unidos y su veto— trata de conseguir para que cese la muerte y la destrucción de Gaza.
Y si Washington es el mayor defensor y financista de lo que ocurre en tierra palestina y es Israel su ejecutante, desde Tel Aviv se escenificó otra burla a la comunidad internacional y a la diplomacia mundial, cuando el gobierno sionista de Benjamín Netanyahu, con sus manos completamente manchadas de sangre, declaró al presidente brasileño, Luiz Inácio lula da Silva como «persona non grata», por el hecho de que Lula comparó lo que ocurre hoy en Gaza con el holocausto fascista contra el pueblo judío.
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