Ofensiva contra Cristina
13 de noviembre de 2018
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Seis procesos judiciales, calumnias constantes en los principales medios de opinión, molestias por excesiva vigilancia policial y espionaje de todos sus pasos, incluso en su hogar, no han podido sacar del juego político a la ex presidenta y hoy senadora argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Todo es parte de un complot contra líderes progresistas regionales, como han hecho con Lula en Brasil para evitar que fuera electo presidente de la mayor nación suramericana.
En el caso de los procesos judiciales, han sido puestos en escena durante el mandato de Mauricio Macri, quien, a pesar de sus enormes fallos económicos, financieros y venta de la soberanía al Fondo Monetario Internacional –tras pagar la ilegal deuda de los “fondos buitres”, a lo que se había negado Cristina–, trata aún de edulcorar su imagen, con el fin de aspirar a un nuevo período presidencial, sin tener de rival a la Kirchner.
Pero todos los intentos, subrayo, han fracasado, además de que Cristina ha presentado una defensa que ha mostrado sin tapujos los malos manejos de jueces venales para involucrarla.
Ni pagos de sobornos, ni campañas electorales financiadas ilegalmente, ni propiedades adquiridas fuera de la justicia han podido ser demostrados, porque, realmente, no existen.
Esos individuos que se dicen que administran justicia han salido mal parados ante la opinión pública, a la que habían presentado con anterioridad “cuadernos de la corrupción”, en los que aparece mencionada la ex presidenta junto a ex funcionarios de su gobierno y más de una veintena de grandes empresarios argentinos.
Bonadio no pudo imitar a moro
Si el fiscal brasileño entrenado en Estados Unidos Sergio Moro inventó e hizo aprobar ilegales acusaciones para meter preso a Lula, el argentino Claudio Bonadio fue todo un fiasco en su intento de demostrar que Cristina era la “”jefa de una asociación ilícita”.
Al recusar una vez más al juez que ha llevado cinco de las seis fracasadas causas judiciales en las que está imputada, Cristina dijo que “es una decisión política del Poder Judicial, en su más alta expresión, en coordinación con el Poder Ejecutivo (del presidente Mauricio Macri) y los medios hegemónicos, para ungir a Bonadio como brazo de persecución contra mi persona”.
“Se inaugura así una nueva categoría jurídica que excede la del juez parcial o ‘no juez’: se trata del juez enemigo, actor principal del ‘lawfare’ (guerra jurídica)”, afirmó
A su vez, Reuters llamó la atención acerca de que en las 392 páginas de su fallo, Bonadio no pudo detectar ni una sola operación en efectivo o alquileres que no se hayan cobrado con cheque o que no se hayan depositado en un banco. “Pero en el texto, apunta, se evidencia una maniobra del juez cuando se analiza la compra de la vivienda actual de Florencia Kirchner en la calle San José, en Buenos Aires. Dice Bonadio que no se sabe el origen del dinero y que se utilizó efectivo”.
Bonadio, en lugar de acusar a cada uno por un delito determinado, les imputa formar parte de una supuesta organización que pagó-cobró coimas que el propio juez no pudo probar.
Pero lo más insólito del fallo es el final del texto: Bonadio se declaró incompetente. Es la demostración palmaria de que la causa fue un armado político desde el primer día, lo que incluyó una sospechosa intervención de Margarita Stolbizer y un aún más sospechoso sorteo.
Bonadio fue expulsado de la causa original Hotesur, por graves irregularidades. En aquella causa, Stolbizer había presentado numerosos escritos. En cambio, en el 2016 decidió no aportar un nuevo escrito en el expediente Hotesur, sino que realizó una nueva denuncia. Por eso fue a sorteo y casualmente le cayó a Bonadio, el magistrado eyectado de la causa original.
Este tramo final del fallo en la causa contra Cristina deja en evidencia otro capítulo de Operación Bonadio, donde lo decisivo no es investigar la verdad, sino la persecución política. Se vio otra vez que quien manda es la coalición política-mediática-judicial de fluido vínculo con la Casa Rosada.
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