Ni libre, ni comercio: esclavitud
25 de mayo de 2021
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Los ideólogos imperiales presentan al neoliberalismo como la panacea científica de desarrollo que tiene como principal bandera el libre comercio, pero esa ideología –porque no es ciencia–. no ha tenido nada que ver con el desarrollo de los países industrializados.
Sin embargo, se dice todo lo contrario en los medios y universidades de los países capitalistas, con el fin de demostrar su superioridad, pero ello está muy lejos de la realidad.
O sea, el neoliberalismo, el libre comercio que sustenta, nunca ha sido utilizado para el progreso social y económico, por lo cual, a la hora de la enseñanza, se sustraen los datos empíricos e históricos para evitar que sea rebatible.
Se está haciendo común el falsear la realidad histórica, política y social. Lo que se está enseñando son los intereses de una clase social, una forma determinada de ver el mundo y actuar sobre él, donde el enriquecimiento individual, la codicia y el afán de conquista –competencia- tienen unas consecuencias terribles para la mayoría de la sociedad y el desarrollo económico y social de las diferentes naciones.
La verdad de los hechos demuestra que la historia del desarrollo capitalista es una historia de intervención estatal, proteccionismo, conquistas, agresiones militares, imperialismo, despojo, colonialismos, tratados desiguales, esclavitud, trabajo infantil, explotación sin igual de los seres humanos y el medio natural.
Reino Unido, por ejemplo, basó en gran parte su expansión industrial y comercial en la destrucción de industrias y mercados que le hacían la competencia como la manufactura de la lana irlandesa, el algodón indio y las guerras del opio contra China. Una práctica de imponer bajo coacción, agresión o tratados desiguales una apertura comercial de nuevos mercados que todavía es usada en nuestros días.
No era el “libre emprendimiento” individual lo que llevaba al desarrollo económico, sino las políticas públicas y las instituciones sociales.
Esto se refleja en el pensamiento estadounidense de “la escuela americana”, que bebía directamente del proteccionismo británico. Y tanto copió que el historiador Paul Baroch los llamó “la madre patria y el bastión moderno del proteccionismo
Ya desde los tiempos del presidente Abraham Lincoln, su asesor económico y partidario del proteccionismo, Henry C. Carey, expresó que “es el sistema británico –el libre comercio– el más gigantesco sistema de esclavitud que el mundo haya visto jamás, y, por tanto, es la libertad lo que desaparece gradualmente de cada país sobre el cual Inglaterra pretende obtener el control” Ello lo subraya en estos tiempos el filósofo, matemático y escritor británico Bertrand Russel:
“Los abogados del capitalismo son muy propensos a apelar a los sagrados principios de la libertad, los cuales están personificados en una máxima: los afortunados no deben ser refrenados en el ejercicio de la tiranía sobre los desafortunados”.
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