“Massita”, ¿la solución?
1 de agosto de 2022
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Quizás al quijotesco Inodoro Pereira –una de las creaciones de Fontanarrosa- no estaría muy de acuerdo con la afirmación del diputado Óscar Martínez de que la designación de Sergio Massa al frente del nuevo Ministerio de Economía sea lo mejor que le puede pasar a Argentina en estos tan duros momentos, en los que en el llamado “país de la carne” pululan las ollas populares, el 40% de la población está sumida en la pobreza y la inflación supera el 60%.
Para Martínez, Massa ha demostrado en su gestión como presidente de la Cámara de Diputados que “es un dirigente maduro, preparado. Sergio es un verdadero dirigente político que tiene relaciones con todo el arco político argentino, que tiene muy buen diálogo con el sector productivo, con el sector industrial y un marco de relaciones que excede lo local, relaciones internacionales que para sortear los desafíos de este tiempo van a ser muy necesarias”.
El legislador santafesino sostuvo que “a Sergio Massa le tienen confianza muchos actores, por eso ha producido este enorme diálogo con fuerzas políticas que van más allá del Frente de Todos y evidentemente el Presidente le tiene confianza, de hecho ha dicho que Sergio es el hombre más preparado para conducir la administración de la Argentina”, y agregó: “Así que confío plenamente en que es quien puede reencauzar una situación tan difícil y creo que es un gesto de gran generosidad de su parte el haber aceptado esta misión. Es una de las cosas que valoro y respeto de Sergio, su valentía, y su deseo de ayudar”.
Massa, “Massita” para sus simpatizantes, es el tercer Ministro de Economía nombrado por el gobierno argentino en mes y medio, cargo que es toda una brasa hirviente debido principalmente al ilegal acuerdo del anterior gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que endeudó al país hasta el tuétano; a lo que se le añadió la aún vigente pandemia del COVID-19 y las consecuencias del alza de los precios de los combustibles y alimentos, debido a la guerra insuflada por Estados Unidos e instrumentada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania.
la llegada de Sergio Massa al Poder Ejecutivo como una especie de “superministro” de Economía, Producción y Agricultura generó salidas de funcionarios, ingresos e incluso enroques. Desde el gobierno confirmaron la fusión de tres áreas del gabinete en un único Ministerio de Economía, Producción y Agricultura, que tendrá como máxima autoridad a Sergio Massa y que generó la salida de tres ministros: Silvina Batakis, de Economía; Daniel Scioli, de Producción, y Julián Domínguez, de Agricultura. En el caso de Batakis, pasará a dirigir el Banco de la Nación.
Una buena parte de los dirigentes y funcionarios del Frente de Todos (FdT) respaldó el nombramiento de Massa, y el canciller Santiago Cafiero, hombre de confianza del presidente, celebró la incorporación al gabinete nacional, ya que, a su entender, “fortalece al gobierno y al vínculo que une al FdT con las preocupaciones de los argentinos y las argentinas”. Además, sostuvo que “el país necesita de la responsabilidad y el compromiso de todos”.
Por su parte, el ministro de Seguridad Aníbal Fernández aseguró que estos cambios son lo “que el presidente quería y a mí me gusta. Hay un rumbo por profundizar políticas que tienen que ser mucho más contundentes y que nos den beneficios, como recomponer las reservas, apostar fuertemente a las exportaciones y darse un cuidado con las importaciones”, planteó Aníbal Fernández.
CONTROVERTIDO
Massa tuvo etapas de acérrimo enemigo del kirchnerismo, acusándolo de corrupción, y tiempo después, a pesar de haber atacado a Macri, cuando éste era presidente, lo acompañó al Foro de Davos. En aquel entonces, el endeudador mandatario lo presentó como un líder de la oposición que podría ser presidente.
Como intendente, su trabajo en Tigre fue calificado de excelente, con excepción de una pequeña etapa de descuido, aunque, generalmente, se supo ganar la confianza de quienes le rodeaban y una gran parte de la población.
En el 2019, tras intensas negociaciones, Massa decidió sumarse al Frente de Todos para acompañar a Alberto Fernández, a quien había reemplazado como jefe de Gabinete en el 2008 y había criticado duramente. Ocupó el rol de candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de ser presidente de la Cámara baja, cargo que ocupaba hasta su nuevo nombramiento.
“Todos tenemos que aprender de nuestros errores y entender que en nuestros errores, en nuestros fracasos, en nuestras peleas, pierde la gente”, decía Massa antes de las elecciones del 2019 sobre su decisión de acompañar la fórmula Fernández-Fernández, y apuntaba contra Macri: “Con el fracaso rotundo de Macri, hubo veinte empresarios que ganaron millones de dólares, dueños de empresas de luz, de gas, de petróleo y de bancos, y de autopistas, inclusive familiares, y perdieron millones y millones de argentinos”.
Y LA IZQUIERA, ¿QUÉ?
Para la izquierda, el nuevo ministro de Economía, Producción y Agricultura viene a profundizar un rumbo devaluatorio y de ajuste como viene reclamando el FMI.
Después de la reorganización del gabinete nacional, son muchos los sectores que ven un gesto de debilidad del oficialismo. El dirigente del Partido Obrero en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, Gabriel Solano sostuvo: “La designación de Massa como súperministro fue saludada en forma anticipada por el capital financiero por un motivo de fondo: viene a profundizar un rumbo devaluatorio y de ajuste como vienen reclamando el Fondo Monetario y el conjunto de la clase capitalista”.
En esa línea, el dirigente agregó: “La designación en función de estos objetivos reaccionarios se hace con el aval del kirchnerismo, que terminó encumbrando un agente directo de la embajada norteamericana. Massa pretende que concentrando funciones en el gabinete reunirá los recursos políticos para llevar adelante esta ofensiva. Pero la situación ya crítica del pueblo argentino hace que un plan económico basado en nuevos golpes a los salarios y jubilaciones vayan a tener un efecto explosivo, sin resolver tampoco la bancarrota de fondo de la economía nacional”.
Además, postulo un programa alternativo: “Por nuestra parte, rechazamos este rumbo de ajuste recargado al servicio del pago al Fondo y los acreedores nacionales e internacionales y postulamos un programa alternativo: romper con el Fondo, el no pago de la deuda y destinar los recursos nacionales a resolver los grandes problemas que afectan al conjunto de la población trabajadora”.
Por su parte, Claudio Del Plá, dirigente del PO-FITU de Salta, sostuvo: “La designación de Massa tuvo dos escenarios. Al interior de la Casa Rosada, una serie de cónclaves secretos donde las diferentes alas del gobierno conspiraban de espaldas al pueblo para formar un gabinete capaz de profundizar el ajuste. En las calles, una masiva movilización de la Unidad Piquetera colmaba las principales plazas de todo el país reclamando respuesta a los reclamos más urgentes de los barrios, trabajo genuino, el aumento del salario mínimo de emergencia para que alcance el costo de la canasta básica y la asistencia a comedores populares”.
Del Plá, además, impulsó un paro nacional: “El camino está en las calles, hay que impulsar un paro nacional y un plan de lucha contra todo el arco político que está totalmente sometido al Fondo Monetario y de espaldas a las necesidades populares. Llamamos a impulsar esta orientación en apoyo a todas las luchas en curso y a deliberar en asambleas una salida a la crisis nacional, que debe partir de la ruptura con el Fondo Monetario y el no pago de la deuda”.
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