Los siniestros mecanismos de la OTAN
5 de julio de 2013
|El insólito intento de amedrentamiento, chantaje y secuestro perpetrado por varios países europeos contra el avión presidencial que conducía al presidente boliviano Evo Morales en su largo recorrido de regreso desde Moscú hasta La Paz, no solo ha conmovido e indignado a América Latina, a la comunidad internacional y a todas las personas decentes del planeta, -.al margen de sus creencias políticas y religiosas o sus pertenencias raciales o sociales,- sino también a servido para poner en evidencia los más sórdidos mecanismos de espionaje y vigilancia mundial llevados a cabo por el gobierno de Estados Unidos, tanto mediante sus socios y aliados como, .paralelamente,- en contra de esos mismos socios y aliados, lo cual constituye un caso sin precedentes en la historia de la humanidad y de los diferentes imperios que en ella han existido.
Semejante falta de lealtad, confianza y de un mínimo de ética entre aliados ya había quedado de manifiesto por las revelaciones de Edward Snowden, desertor ex agente de la todopoderosa Agencia Nacional de Seguridad (NSA), -una entidad que responde directamente al presidente de los Estados Unidos e informa periódicamente a los congresistas y al llamado Tribunal Secreto de inteligencia extranjera, -quién dio un golpe de muerte a la supuesta credibilidad del Imperio o a lo que quedaba de ella, tras la extensa cadena de hipocresía, mentira y falsedad tejida a lo largo de más de dos siglos de fariseísmo por parte de una política exterior llena de prepotencia y dobleces.
En cuanto a la persecución obsesiva contra el ex agente de la NSA, -a quién posiblemente sepan poseedor de otras informaciones incómodas y embarazosas para el espionaje estadounidense,- al relacionarlo de manera absurda con el viaje de retorno del mandatario boliviano en su avión presidencial y ordenar su desvío, se sirvieron de los siniestros mecanismo de la OTAN, cuyos reglamentos y procedimientos responden, por encima de cualquier otra consideración, a los intereses estratégicos, tácticos y operativos de los Estados Unidos, que es la cabeza indiscutida de ese pacto político-militar y, por tanto, de sus estructuras superiores militares y de inteligencia.
Quede claro que los miembros de la OTAN están comprometidos en un accionar conjunto de las distintas esferas correspondientes a defensa y seguridad, lo cual no es un secreto para nadie y ha sido reiteradamente expuesto por los propios actores.
Esta vez, sin embargo, las revelaciones y denuncias de Snowden le han añadido un sorprendente elemento sobre el que muchas de sus víctimas, -al parecer,- sospechaban: la paranoia de Washington pretende justificarse aún contra sus propios socios y aliados, mientras los utiliza servilmente como parte de los siniestros mecanismos de la OTAN
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