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Los procesos electorales de Venezuela

15 de diciembre de 2017

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Los procesos electorales de la República Bolivariana de Venezuela se han convertido en herramienta para atacar o defender a la Revolución Bolivariana, según el interés o el propósito de quienes lo hacen.

El hecho cierto es que los sucesivos comicios de diverso tipo y a partir de la introducción de los sistemas automatizados y otras ventajas que garantizan la escrupulosa transparencia de los votos y su conteo rápido y seguro, han convertido a Venezuela en modelo y ejemplo para la celebración de estas jornadas.

Una opinión nada comprometida como la del expresidente estadounidense James Carter lo calificó como el más confiable que él había conocido, opinión que, por supuesto, fue ignorada por los medios de comunicación de Estados Unidos y sus seguidores en América Latina.

La fragmentada, desprestigiada y errática oposición venezolana no haya cómo convencer al electorado, incluidos sectores de la propia oposición, de que los procesos electorales que se han celebrado durante la Revolución Bolivariana, conducidos por el Consejo Nacional Electoral, se han atenido rigurosamente a los resultados obtenidos, tanto cuando han favorecido al chavismo como a la oposición.

Más de veinte procesos electorales en 18 años ratifican la vocación democrática del Gobierno Revolucionario y del Partido Socialista Unido de Venezuela; calificarlo como “dictadura” no es más que bañarse en el más sonado de los ridículos, como habitualmente le ha ocurrido a la oposición venezolana y sus guías de Washington.

Las cifras más recientes en las tres elecciones que han tenido lugar entre junio y diciembre –Constituyente, gobernadores y alcaldes– muestran una extraordinaria participación, aún mayor que en ocasiones anteriores, a pesar del frustrado boicot de algunos sectores de oposición, dando tumbos y patadas de ahogado.

Por ejemplo, más de nueve millones concurrieron a los comicios para alcaldes, que generalmente adolecen de baja asistencia en otros países. Y ni hablar de los escandalosos fraudes como el de Honduras, incluidas las “caídas” del sistema y los apagones eléctricos.

Los procesos electorales de Venezuela no pueden ser ocultados ya ni por el gobierno imperialista de Estados Unidos ni por el servil Almagro de la OEA, pues se abren paso por su propio peso, tradición y eficacia. Son piezas de la estructura revolucionaria y democrática de la Revolución Bolivariana y responden cabalmente a sus características y particularidades.

Los sucesivos y exitosos procesos electorales efectuados en Venezuela han desconcertado y aplastado a sus enemigos y sobre todo a quienes buscaban –con el apoyo del gobierno imperialista de Estados Unidos y el impresentable Almagro de la OEA– una salida violenta y sangrienta a la situación venezolana añadidas las sanciones y la guerra económica.

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