Los indultos de Biden
27 de noviembre de 2024
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La de este lunes fue una jornada de fiesta en la Casa Blanca de los presidentes de Estados Unidos.
Joe Biden, a quien le restan un mes y 26 días como presidente, convocó a unos 2 500 de sus más allegados colaboradores, muchos de ellos, de los que ya buscan donde ocuparse a partir del 20 de enero próximo, cuando Donal Trump irrumpa en ese recinto, en el inicio de una larga jornada de actividades de auto homenaje por su gestión en los últimos cuatro años.
El convite, como es tradicional, es el escenario para que el Presidente indulte a dos pavos, de manera que se «salven» de la segura ejecución navideña.
Jolgorio al fin, se habla de todo y pasan inadvertidas hasta las más grandes mentiras o la fantasía del anfitrión cuando declaró: «Ha sido el honor de mi vida. Estoy eternamente agradecido».
Por supuesto, a nadie se le ocurriría pensar que Joe Biden, en ese momento, se acordaría de que mientras ellos celebran y se indulta a dos pavos, pudieran estar muriendo masacrados por lsrael, niños palestinos que nunca llegaron a conocer a algún pavo, a los que se le acabas sus vidas a causa de un genocidio en el que Washington — y el propio Biden—, con sus armas, su dinero y su diplomacia, están involucrados totalmente.
En ese ambiente tampoco el presidente se «asesora» con alguno que otro invitado «de nivel», si debe o no hacer caso a una gran parte del pueblo estadounidense o a los cientos de funcionarios del Congreso y otras instancias, que le exigen acabar con el bloqueo a Cuba, o, al menos, sacarla de la lista infame que la vincula con el terrorismo.
De igual forma que hizo con los pavos «Peach» y «Blossom», cuando firmó su indulto para —al menos por esa noche—«salvarlos» de una muerte segura, quizás alguno de sus invitados pudo advertirle que estampara su firma —como piden millones de estadounidenses—y entre ellos congresistas y otros altos funcionarios, en una simple resolución que borre esta criminal injusticia contra el pueblo cubano.
Pero prefirió observar al pavo «Peach» que parecía intranquilo, al lado del presidente. Entonces Biden dijo: «Peach está haciendo un ruego de último momento».
Cambió de conversación y se refirió a que «el pastel de durazno es su favorito».
La celebración del Día de la Acción de Gracias en Estados Unidos, desde la época en que era presidente Harry Truman, se celebran estas fiestas, donde el Presidente indulta dos pavos. En 1989, con George W. Bush en el poder, se interrumpió la tradición, que luego se ha vuelto a revivir por gobernantes como Joe Biden.
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