Los «consejos» de Boris Johnson
7 de febrero de 2022
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Cuando se tiene su propia casa revuelta y complicada, es muy poco creíble viajar a la del vecino para disertar cómo «resolver sus problemas».
Este es el caso del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, a quien en Londres, según encuestas, 9 de cada 10 británicos considera que «debe renunciar a su cargo» por celebrar fiestas en medio del confinamiento por la Covid-19, e, incluso el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha pedido que dimita.
Ante el clamor local para que cese en sus funciones, Johnson volvió a ofrecer disculpas a sus conciudadanos y —oigan esto— hizo «un llamado a los británicos a concentrar todos los esfuerzos en hacer frente a Rusia», de acuerdo con reportes de RT.
Se refiere el Premier británico a la situación en Ucrania, donde Estados Unidos y algunos gobiernos europeos, incluyendo el de Boris Johnson, usan los grandes medios de prensa occidentales para imponer matrices falsas sobre una posible agresión rusa a Ucrania, se empeñan en exacerbar la situación y crear un clima totalmente tóxico como si la única salida fuera la guerra.
Sin dudas, en el caso del Primer Ministro británico, se trata de una forma poco o nada ética, de querer usar el conflicto ucraniano para tender una cortina de humo que desvíe la atención de quienes en su país piden su dimisión.
En ese escenario, paralelo al envío de armas a Ucrania, como lo ha hecho su socio Estados Unidos, Boris Johnson aterrizó en Kiev.
Allí, entre otras diatribas anti rusas dijo que «la reputación del mundo se basa en que seamos capaces de unir a los aliados para oponernos a Vladimir Putin».
Johnson, anunció en la capital ucraniana una nueva financiación de 88 millones de libras esterlinas (118,5 millones de dólares) para «contribuir a los esfuerzos de aumentar la resistencia de Ucrania y reducir la dependencia de los suministros energéticos rusos».
El citado despacho de prensa divulga la ola de críticas y burlas de que ha sido objeto el gobernante británico, luego de sus declaraciones en Ucrania.
Se trata en el caso que nos ocupa, de la posibilidad de que una vez de regreso a Londres, Boris Johnson —tras su papel de consejero en la crisis ucraniana— debe revisar los números de las encuestas ya conocidas, no sea que aumenten los que piensan que así no se puede dirigir un país. Recordarle, además, que la pandemia no ha terminado… no sea que se le ocurra nuevamente ser de los primeros en las fiestas que violan los protocolos de seguridad anti Covid-19.
El tema del británico no es nuevo en el escenario mundial. Por ejemplo, el expresidente estadounidense Donald Trump, ignoró la pandemia desde un primer momento, no implementó protocolos para su control, asistió a sus mítines sin mascarillas —tanto él como sus partidarios—, y por último, cuando pensaba que su reelección era segura, el representante del Partido Demócrata, Joe Biden, obtuvo la victoria y entonces Trump no reconoció la derrota y alentó a sus fanáticos fundamentalistas para asaltar el Congreso de su nación.
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