Laberinto electoral español
3 de agosto de 2023
|
Lo que las encuestadoras, últimamente muy desacertadas, auguraban como fácil victoria del Partido Popular (PP) en las elecciones generales españolas se convirtió en un verdadero laberinto a partir de sus sorprendentes resultados, cuando el Partido Obrero Socialista Español (PSOE) actualmente gobernante alcanzo una votación imprevista y superior incluso por escaso margen a la segunda vuelta de 2019 en votación y en dos el número de diputados electos.
Hasta ese momento, solo el presidente del gobierno y de ese partido, Pedro Sánchez, se había atrevido a presagiarlo, cuando pocos días antes de las elecciones pronosticó un rebrote de sus fuerzas, desmintiendo a las encuestadoras y a la absoluta mayoría de los medios de prensa que ya aseguraban un regreso del PP al gobierno, esta vez por amplia mayoría y sin rival visible.
Otros rasgos que caracterizaron a los comicios españoles fueron la debacle del ultraderechista y fascista VOX, también pronosticado como grandemente votado, y el franco descenso del partido de izquierdas Podemos que, en su momento, dirigió Pablo Iglesias. Ambos perdieron poco más de medio millón de votos con respecto a anteriores elecciones y, en el caso de VOX, redujo en más de veinte sus diputados al congreso, debilitando así notablemente sus fuerzas y aspiraciones de una eventual coalición con el PP, que esta vez lo admitiría, si acaso, como “pariente pobre” en una coalición de gobierno que está aún por definirse y concretarse.
En cuanto a Sumar, coalición de izquierdas, logró sostenerse bastante bien gracias a los partidos que la formaban. Obviamente, buena parte de su votación se corrió al PSOE, algo que también parece haber ocurrido en VOX con relación al PP. Ambos pagaron así -según análisis posteriores- sus errores de campaña y de vida organizacional interna,
El cuadro emergido de las elecciones da lugar al laberinto constitucional que prescriben la Carta Magna y las leyes españolas, ya ocurrido otras veces, y se hace difícil emitir un juicio certero con antelación a que concluyan las alianzas y coaliciones entre los partidos y logren un gobierno relativamente sólido en su expresión parlamentaria. Los pequeños partidos nacionalistas juegan aquí un importante papel.
El Rey (Jefe de Estado) deberá comenzar a llamar ahora a los jefes de los partidos políticos que alcanzaron mayor votación, empezando por el PP, para encargar la posibilidad de formar gobierno y recuperar la normalidad institucional en receso.
Todo ese recorrido deberá tener lugar en momentos en que Europa vive una situación harto complicada con motivo del conflicto ucraniano en que se haya involucrada con repercusiones económicas negativas y también en momentos en que España preside como país la Unión Europea y trata de esquivar los golpes de la crisis.
No es la primera vez que, dentro de la llamada “etapa democrática”, el electorado español gira sorpresivamente y hace añicos las predicciones que, según se observa, deben ser más cuidadosas en el futuro. El laberinto español se ha enredado.
Comentarios