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La Venezuela que resiste

2 de septiembre de 2019

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Una vez más los servicios de inteligencia venezolanos, con la colaboración del pueblo, frustraron la realización de varios atentados terroristas en Caracas, que, de producirse, hubiesen causado cientos y quizás miles de víctimas.
Como se mostró ante las cámaras de televisión y se ha denunciado ante la ONU, los implicados, terroristas adiestrados en la vecina Colombia, pretendían volar con dinamita oficinas y otras instalaciones céntricas donde se atienden o por donde circulan cada día miles de ciudadanos.
Coincidentemente, en los días que los implicados se adentraban en territorio venezolano procedentes de la vecina Colombia, desde la capital peruana se divulgaba la noticia de que el llamado Grupo de Lima respalda la decisión de Juan Guaidó, de nombrar a Julio Borges y otros connotados opositores comprometidos con el terrorismo, como comisionado presidencial de Guaidó.
Poca estima se tienen los gobiernos representados en este Grupo, al comprometerse, al menos mediáticamente, con tales supuestos liderazgos y representatividad, cuando saben muy bien que tanto el que los designa para los espurios cargos, como quienes le sirven al autoproclamado presidente, están de acuerdo e impulsan planes terroristas contra sus propios conciudadanos.
Y es interesante que en el comunicado conjunto dado a conocer por la Cancillería de Perú, los gobiernos del denominado Grupo de Lima, apéndice de la desprestigiada OEA, dicen que «esta decisión redundará en una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela».
«Transición pacífica» llaman a los actos terroristas denunciados la víspera por el gobierno legítimo de Caracas, preparados y con mercenarios entrenados en tres campamentos cercanos a la frontera de Colombia con Venezuela.
Deben saber quienes forman el Grupo de Lima y se pronuncian por un «cambio democrático en Venezuela», que apoyar a estos personajes como Julio Borges, Leopoldo López, Alejandro Praz, Humberto Prado, y al propio Juan Guaidó, los hace cómplices de las acciones terroristas que ellos organizan y pagan a quienes la ejecutan.
De servir para algo la OEA, de tener alguna credibilidad en la comunidad latinoamericana e internacional, ya se hubiese pronunciado contra estas acciones terroristas que se realizan con el afán de desestabilizar al país, y tumbar un gobierno democráticamente elegido por el pueblo, aunque para ello tengan que morir miles de civiles en la nación bolivariana.
Y, como era de esperar, ante el comunicado del Grupo de Lima y en medio del clima de terror que en Venezuela quieren imponer al precio que sea necesario, el director del Consejo Nacional de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Mauricio Claver-Carone, dijo que «la salida recomendable para Venezuela es el Grupo de Lima, y no del Grupo de Contacto Internacional, auspiciado por algunos gobiernos europeos, principalmente».
Mientras todas estas componendas se realizan, siempre con el consentimiento de Washington, la Venezuela que resiste y vence, rompe los planes de terrorismo que se realizan desde la vecina Colombia y pone al descubierto los personajes implicados en esas acciones y a los gobiernos que se convierten en cómplices de las mismas.

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