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La madre de todas las batallas

17 de noviembre de 2014

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Nunca ha pertenecido a un partido o abogado por ideas netamente socialistas y comunistas; pero su pecado es el rechazo al neoliberalismo y a todo lo que huela a capitalismo salvaje y, dentro de ello, no dejarse chantajear por los fondos especulativos que se manejan desde Estados Unidos y que han hecho tanto daño a pueblos cuyos gobiernos no han sabido defenderlo o adoptado una postura digna.
Ni estos tiempos de salud algo quebrantada han podido doblegar el espíritu de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, vencedora una y otra vez de la batalla (ella le llama la madre de todas las batallas) contra la avalancha opositora mediática manejada por los inescrupulosos magnates asociados a la proimperialista Sociedad Interamericana de Prensa.
Y es que, cuando la prensa de derecha arremete contra un gobernante, le endosa epítetos crueles y otros que considera que lo son, no hacen más que avalar un proceder progresista, y este es el caso de Cristina, consecuente no solo en la ya mencionada guerra declarada al neoliberalismo, sino también en el apoyo al movimiento de integración regional y el rechazo a la política hegemónica británica de birlarle la soberanía de las Islas Malvinas, con el apoyo de Estados Unidos.
El Imperio no perdona que la mandataria haya eliminado leoninos tratados, luego de la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional; y rechazado sus directivas y presiones; y asumir un papel protagónico en organismos regionales de integración, como UNASUR y MERCOSUR.
Conociendo la importancia del diálogo que insurgentes y gobierno realizan en La Habana para llevar la ansiada paz a Colombia, Fernández emprendió gestiones para coadyuvar al éxito del necesario proceso.
Se puede ser antineoliberal, seguir siendo capitalista y no socialista, pero lo que avala realmente a esta Presidenta es la continuación y profundización de la política que emprendió Kirchner, con varias decenas de logros, en todas las esferas, de los que acotamos algunos: Recuperación del debate político, convocatoria a la militancia activa de los jóvenes, constituirse en un país de referencia dentro del G20 y del G77 más China, acuerdo de alianza estratégica con Venezuela, la ley de reforma política, con elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatoria, y regulación del financiamiento de las campañas.
Además, apertura de archivos secretos sobre terrorismo de Estado, la anulación de las leyes de impunidad, juicio a militares responsables de la dictadura y depuración de la Corte Suprema, así como una ley de matrimonio igualitario, otra que penaliza la trata de personas (sexual, esclavismo, privación de libertad, extracción compulsiva de órganos), eliminación de centros clandestinos de detención, creación del Banco Nacional de Datos Genéticos y la no represión de las demandas sociales.
En la esfera de la educación fueron creado tres canales, se derogó la Ley Federal y promulgó una nacional y otra sexual integral; se crearon unas 1 200 escuelas, se llevó a cabo el Programa Nacional de Alfabetización, fue cubierto el territorio nacional con la televisión digital abierta, pública y gratuita; se restauraron 12 museos nacionales y se reconoció la figura de Juan Manuel Rosas.
En lo laboral, el desempleo se redujo del 24,7% en el 2003 a un 5% hace dos años, ha crecido la generación de empleo, fueron creadas cooperativas de trabajo y se demandaron a los empresarios que mantienen a los obreros en condiciones de esclavitud.
En medio de la crisis económica, que también golpea a Argentina, se realizó la unificación monetaria, se subsidió el transporte de pasajeros, lo que hizo bajar el costo del pasaje; y el Estado controló el agua, las aerolíneas y el correo.
Interminable sería citar el resto de los logros, pero basta destacar el crecimiento de la inversión pública, sin tomar nueva deuda; se suspendieron las ejecuciones hipotecarias, fue doblado el aumento anual a jubilados y pensionado, y se creo una ley de jubilación para las amas de casa, además de aumentar en 600% a las jubilaciones mínimas, que estuvieron congeladas durante 10 años.
No es la primera vez, ni será la última que se ponderan los esfuerzos que hace Cristina por su pueblo, que va más allá de cualquier gloria personal y que muchos seguidores del peronismo la hacen comparable a Eva Duarte de Perón.
Por supuesto, los mayoritarios medios de oposición mencionan poco o soslayan otros importantes avances sociales, desconociendo el compromiso presidencial de combatir la pobreza, y señalar la responsabilidad de los países desarrollados en el daño medioambiental, así como la de Estados Unidos y sus funcionarios venales en las prácticas especulativas de los “buitres” de la economía mundial.

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