La lección de Brasil

13 de enero de 2023

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Gustavo Robreño

 

Los hechos vandálicos protagonizados en Brasil por parte de las bandas fascistas estimuladas y organizadas por Jair Bolsonaro desde las instituciones presidenciales bajo su mandato y presuntamente financiadas por ciertos círculos empresariales que intentan impedir las acciones reivindicativas anunciadas por el presidente Lula, pueden dejar, .en medio de la tragedia y si se asimilan correctamente,- un saldo positivo no solo para el gran país brasileño y su pueblo trabajador, sino también para el resto de América Latina y el Caribe.

Lo que pudiéramos llamar como “la lección de Brasil” muestra claramente que el fascismo no está dispuesto siquiera a respetar las reglas de juego de la titulada “democracia representativa”, prevaleciente hoy en la mayor parte de los países del continente, cuando ella no responde totalmente a sus intereses e ideología totalitaria.

Lo ocurrido en Brasilia representa igualmente un mensaje a los sectores más vacilantes de las clases dominantes, que aún no parecen involucrarse completamente con el fascismo local y así les lanza esta dura advertencia y las compele a una definición.

En el caso brasileño, estos sectores aún no claramente definidos -según los fascistas bolsonaristas- incluyen a jueces, fiscales y tribunales; al ejército y las policías; los políticos tradicionales de derecha y sus partidos y los principales y más influyentes medios de comunicación.

En el orden internacional, llamó la atención el inédito repudio del Departamento de Estado yanqui y del propio presidente Biden a la intentona golpista, si se tiene en cuenta que Washington ha sido tradicionalmente el fabricante y alentador de los zarpazos golpistas en América Latina, como sucedió en el propio Brasil el 1ro. de abril de 1964. Esta vez, sin embargo, los factores relacionados con la política interna estadounidense y la abierta alianza fascista entre Trump y Bolsonaro parecen haber sido determinantes, así como los métodos semejantes utilizados en los asaltos vandálicos de ambas capitales.

En momentos históricos en que buena parte de las naciones latinoamericanas y caribeñas avanzan hacia el fortalecimiento de su independencia, soberanía y autodeterminación, no resulta sorprendente que el fascismo criollo -disfrazado convenientemente o a plena cara- salte al primer plano como mascarón de proa de la oligarquía y la reacción más extrema, ignorante y fanática.

Eso ha sucedido en Brasil y puede ocurrir en otras partes si no se asimila correctamente la lección y se pone en marcha la más amplia y efectiva movilización popular, acompañada de programas de progreso social y una táctica inteligente, audaz y creativa a la vez, como corresponde a los nuevos tiempos que vive el agobiado mundo de hoy.

Unidad en la diversidad; América Latina y el Caribe como zona de paz y movilización antifascista son saldos positivos que puede dejar la lección de Brasil si se aprende bien.