La Habana: «capital de la dignidad» de todos los cubanos en su 502 aniversario
19 de noviembre de 2021
Por Abel González Santamaría
La Patria nuevamente está amenazada por la principal potencia económica y militar mundial. Está en curso una operación político-comunicacional para destruir la Revolución Cubana, que prioriza sus acciones subversivas en La Habana. Se desarrolla en un contexto en que «la capital de la dignidad esperará su aniversario 502 como no ha podido hacerlo en los dos últimos años», según aseguró recientemente el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. [1]
Más de cinco siglos de historia
Hace 502 años el reino de España estableció la última de sus siete primeras villas coloniales en la isla de Cuba, nombrada San Cristóbal de La Habana. El 16 de noviembre de 1519 ocurrió el tercer y definitivo asentamiento citadino junto al entonces Puerto de Carena. Casi un siglo después, el 8 de octubre de 1607, por Real Cédula, la ciudad fue reconocida como capital oficial de la colonia. Se convirtió en el centro comercial español, donde sus flotas hacían escala para seguir rumbo a la Península cargadas de grandes riquezas saqueadas de sus colonias de México, el Caribe y Perú.
La privilegiada posición geográfica de Cuba que permitía el acceso a las más importantes vías de comunicación y a las rutas comerciales del Caribe, más la calidad de sus puertos y su ubicación para el establecimiento de puntos defensivos de la región, despertaron el interés por poseerla; que se va manifestando, en mayor o menor medida, en el transcurso de las guerras de rapiña europeas en el continente americano, durante los siglos XVI, XVII y XVIII. La Isla se debatía entre el medieval imperio español, la apetencia de poder de la metrópoli francesa y las ambiciones capitalistas de la potencia británica, por lo cual estas dos últimas escenificaron intervenciones y agresiones a La Habana.
Una nueva potencia emergía a solo noventa millas de las costas cubanas: los Estados Unidos de América. Desde que se independizaron de Gran Bretaña, sus dirigentes desarrollaron una política de Estado que reflejaba el consenso de las élites que controlaban el poder de la nación. En su visión geopolítica, desde el primer instante, tuvo incorporada la pretensión de apoderarse de Cuba. Esa proyección se mantuvo invariablemente en el tiempo y aplicaron diversas fórmulas, desde la compra hasta la intervención militar, que lograron materializar en 1898 y posteriormente mantener bajo su dominio durante seis décadas su apetecida «fruta madura».
Aulas de patriotismo
Varios acontecimientos socioculturales ocurrieron en Cuba durante el siglo XVIII que posibilitaron el desarrollo intelectual de la sociedad criolla, la formación de la conciencia nacional, el surgimiento de los ideales patrióticos y la realización de las primeras conspiraciones separatistas, los que influyeron años más tarde en el pensamiento independentista y en la formación de la nacionalidad cubana. Entre esos sucesos se destacan las fundaciones del colegio de San Carlos, que más tarde se fundió con el de San Ambrosio en La Habana y asumió los dos nombres; así como la real y pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana.
En sus aulas se formaron varios hombres, muchos de los cuales resultarían con el paso del tiempo, cubanos ilustres, próceres de la independencia. Destacan Félix Varela, José de la Luz y Caballero, Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte y Rafael María de Mendive. En 1838 Céspedes obtuvo el título de Derecho y treinta años después en el oriente del país echó a un lado la toga para iniciar las luchas por la independencia y erigirse en Padre de la Patria. Mendive culminó idéntica carrera en 1844 y se destacó por su patriotismo y amplia creación literaria. Fue durante varios años el maestro y protector de quien se convertiría en el más universal de los cubanos: José Martí Pérez.
Inspirados por la tradición patriótica martiana, años más tarde se formaron en la Universidad de La Habana importantes líderes e intelectuales cubanos, como Julio Antonio Mella, José Antonio Echeverría, Rubén Martínez Villena, Dulce María Loynaz, Juan Marinello, Lezama Lima, Raúl Roa, Emilio Roig de Leuchsenring, Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz, Armando Hart Dávalos, Roberto Fernández Retamar, entre otras personalidades. Fue precisamente en sus aulas donde el joven Fidel se hizo revolucionario.
Símbolo de la unidad
La Habana vibra en la vida cultural del país y ha inspirado cientos de obras para cine, teatro, televisión, radio, artes plásticas, danza y música. En la literatura no falta en los versos de poetas cubanos y en buena parte de la mejor tradición narrativa, como «Cecilia Valdés» de Cirilo Villaverde, «Paradiso» de José Lezama Lima, y «El siglo de las luces» de Alejo Carpentier.
En su territorio guarda los restos de setenta generales del Ejército Libertador, presididos por el Generalísimo Máximo Gómez Báez. No lejos del ambiente urbano se conserva el mausoleo que protege los restos del mayor general Antonio Maceo y su fiel ayudante, el capitán Panchito Gómez Toro; símbolo de equilibrio unitario de la nación, Martí en Oriente, Maceo y Gómez en La Habana. [2]
Gracias a la Revolución triunfante de 1959 se ha mantenido el equilibrio unitario de la nación, un sueño por alcanzar desde el inicio de las guerras por la independencia. La Habana ha sido testigo de los esfuerzos por preservar el símbolo de la unidad entre todos los cubanos, más allá del orígen de nacimiento de sus habitantes. A fin de cuentas su población la integran ciudadanos de todos los territorios del país, que representan –empleando la metáfora del destacado etnólogo Fernando Ortiz- el «ajiaco cubano». Una mezcla de tradiciones culturales, religiosas, deportivas, educativas, patrióticas, ideológicas, solidarias e internacionalistas, que corre por la sangre de la mayoría de los cubanos.
La capital alberga además grandes obras del patrimonio material edificado durante los siglos transcurridos. Luchar por la conservación de sus monumentos históricos y fomentar la cultura habanera, nacional y sus vínculos internacionales, fue la pasión y el sentido de la vida de los Doctores Emilio Roig de Leuchsenring y Eusebio Leal Spengler, que desde 1938 fundaron y continuaron el trabajo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, acompañados de sus más cercanos colaboradores que mantienen vivos sus legados.
En diciembre de 1982 La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones coloniales fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Once años más tarde y ante un escenario muy complejo para el país, el presidente cubano Fidel Castro Ruz firmó, en 1993, el Decreto Ley 143 del Consejo de Estado, que a decir del Doctor Eusebio Leal, «es considerado el documento más avanzado con relación a la preservación del Patrimonio Cultural Material y espiritual de un pueblo».[3] Con una visión integral y humanista, Fidel marcaba el rumbo:
«Es indiscutible que la conservación y restauración del Centro Histórico aumentará su atractivo y logrará que se vinculen, armónicamente, los fines culturales con los intereses económicos en función del desarrollo del país, de la propia restauración, así como la labor de rescate social que contribuya a afianzar el sentimiento nacional y patriótico de sus habitantes». [4]
Capital épica de la Revolución Cubana
Para aproximarse a la historia de los últimos 60 años del proceso revolucionario cubano, resulta imprescindible conocer los principales acontecimientos ocurridos en La Habana, entre los que resaltan: la declaración de Cuba como Territorio Libre de Analfabetismo; la consigna de ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!; la proclamación del carácter socialista de la Revolución; la fundación de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), de las Federación de Mujeres Cubanas (FMC), de la Unión de Jóvenes Comunistas, de la Casa de las Américas, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (Cenic), la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac); constitución del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba y lectura de la carta de despedida del Che; la Primera Conferencia Tricontinental; y la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba.
La Habana fue testigo de otros relevantes acontecimientos, como la despedida de duelo de las víctimas de la nave de Cubana de Aviación destruida en pleno vuelo en Barbados; el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes; el Primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano; el Festival Internacional de Ballet de La Habana; las Marchas del Pueblo Combatiente y los desfiles por el Día Internacional de los Trabajadores; la despedida de duelo de los internacionalistas cubanos caídos durante el cumplimiento de honrosas misiones militares y civiles; los XI Juegos Panamericanos; los encuentros con los Pastores por la Paz; la Primera Conferencia de La Nación y la Emigración; la inauguración de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam); los Encuentros sobre globalización y problemas del desarrollo; la creación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba); la declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz; el regreso a la Patria de los Cinco Héroes; las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular y la mayoría de los congresos de las organizaciones políticas, sociales, estudiantiles y de masas del país; así como la proclamación de la Constitución de la República de Cuba. Más recientemente vió nacer las vacunas Abdala y Soberana que han hecho frente a la pandemia. Todos los hechos descritos también pudieron haber sucedido en cualquier otra provincia, porque Cuba es una sola nación. [5]
Al igual que en todos los territorios, en la capital se ha sentido el impacto provocado por el incremento del bloqueo de Estados Unidos y las acciones de Guerra No Convencional, como la provocada el 11 de julio y la fracasada marcha organizada el 15 de noviembre. También ha tenido que enfrentar el embate de la naturaleza, desde el azote de huracanes, un intenso tornado y hasta la pandemia de la Covid-19. Pero la voluntad política y el espíritu combativo de los residentes en La Habana demuestran que son más poderosos que los daños de la fuerza de la naturaleza y los planes subversivos enemigos.
En ambiente de júbilo, pero también de retos, el 16 de noviembre de 2021, la ciudad real y maravillosa -calificativo otorgado por Alejo Carpentier- celebra sus 502 años de vida. La inmensa mayoría de sus habitantes, como parte indisoluble de la unidad de todos los cubanos, viven y renacen con sus esfuerzos cotidianos a la «capital de la dignidad».
Fuentes:
[1] Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez: Discurso pronunciado en la clausura del Séptimo Periodo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 28 de octubre de 2021, en: https://www.granma.cu/discursos-de-diaz-canel/2021-10-29/diaz-canel-ya-estamos-vacunados-contra-la-covid-19-y-contra-el-miedo-lo-hemos-estado-siempre
[2] Eusebio Leal Spengler: Palabras en el concierto ofrecido por el Maestro Frank Fernández en el aniversario 60 de la entrada de Fidel a La Habana, 8 de enero de 2019, en Oficina del Historiador de La Habana.
[3] Eusebio Leal Spengler: Una conquista del esfuerzo propio, el 16 de mayo de 2008, en: http://www.eusebioleal.cu/tribuna/una-conquista-del-esfuerzo-propio/
[4] Decreto Ley 143, dado en el Palacio de la Revolución, en la Ciudad de La Habana, a los 30 días del mes de octubre de 1993, en: http://www.planmaestro.ohc.cu/recursos/papel/documentos/decreto-ley-143.pdf
[5] Véase Abel Enrique González Santamaría: La Habana: capital épica de la Revolución Cubana, Editorial Verde Olivo, La Habana, 2019.
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