La «gripecita» política de Bolsonaro
23 de marzo de 2020
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En su estilo ya demostrado, de imitar a Donald Trump en cuanta acción política realice, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, quien calificó al coronavirus como una «gripecita», se enfrenta ahora a una realidad que no esperaba: un grupo de 9 gobernadores de igual número de estados brasileños, agrupados en El Consorcio Nordeste, han emprendido acciones propias para salvar a los ciudadanos ante el crecimiento de la pandemia en ese país y la indiferencia del presidente.
Incluso, especialistas locales se refieren al giro de la política brasileña, que ahora cuenta con una oposición en la que también se destacan líderes del Congreso y gobernadores.
De acuerdo con un despacho de la agencia EFE, los citados nueve gobernadores y el bloque político opositor al presidente, pidieron este viernes la cooperación al Gobierno de China para enfrentar la pandemia del coronavirus que se extiende por todo el país, solicitud que entregaron al embajador de la nación asiática, Yang Wanming.
En la misiva se reconoce que «China acaba de vivir un problema semejante del cual salió victorioso» y se advierte que «Brasil, según las proyecciones del avance del COVID-19, tendrá déficit de camas de terapia intensiva y respiradores para atender a los pacientes contagiados».
Reportes de este lunes señalan que un total de 23 funcionarios y colaboradores del gobierno que acompañaron al mandatario en su viaje a los Estados Unidos, hace dos semanas están contagiados.
La cantidad de infectados crece rápidamente y los médicos hacen alertas permanentes sobre el probable colapso del sistema de salud. Ante esto, Bolsonaro llama a los gobernadores que están adoptando medidas rigurosas de “irresponsables” y promueve medicamentos que no están probados como eficaces en el combate al coronavirus.
De acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Salud de Brasil, se han contabilizado 904 casos de contagiados y once muertes, de ellas nueve en Sao Paulo, el estado más poblado y afectado por la enfermedad.
Respecto a la actitud de Bolsonaro de minimizar la gravedad del contagio con el coronavirus y ofender a los gobernadores que asumen actitudes responsables para salvar a la población, se resalta el llamado hecho por el ex canciller Celso Amorín, hombre del Partido de los Trabajadores (PT), cercano a Lula, quien opinó que «la única opción viable en Brasil es la formación de un frente opositor, que incluya al PT, a otros partidos de izquierda y de centro».
Amorín dijo al diario La Nación que «no existe otro camino que no sea la unión de las fuerzas progresistas de Brasil».
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