La enseñanza del caso Assange
26 de junio de 2024
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Han sido la solidaridad internacional, el reclamo de justicia y la profesionalidad del equipo defensor de Julian Assange, los exponentes más claros que condujeron a que el periodista pudiera abandonar este lunes la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, tras alcanzar la libertad bajo fianza, después de 1 901 días de prisión.
Al dar a conocer la noticia, la publicación WikiLeaks posteó en X, que la campaña mundial por su liberación abarcó organizaciones sociales, defensores de la libertad de prensa, legisladores y líderes de todo el mundo e, incluso, las Naciones Unidas.
El ex presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en cuyo mandato se le otorgó asilo y se aceptó darle la nacionalidad del país andino, ha dicho que «si los crímenes que denunció Assange hubiesen sido de Rusia o China, ya tendría un monumento en Washington».
Es necesario recordar que al alcanzar la presidencia Lenín Moreno, quien fue vicepresidente en el gobierno de Correa, en un giro de 90 grados —como es frecuente entre los traidores—, permitió la entrada de la policía londinense al recinto diplomático ecuatoriano, quienes aprehendieron a Julian Assange, que fue sacado de la embajada y conducido a una cárcel de máxima seguridad.
En el recinto penal, el periodista permaneció sin la posibilidad de salir a la luz del sol, en total aislamiento e incomunicación, imposibilitado de acceder a encuentros con su esposa, con quien solo podía hablar una vez por semana, entre otras medidas extremas.
De acuerdo con el sitio Sputnik, Assange ha llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el que acepta declararse culpable de los cargos penales que se le han imputado, y compareció este miércoles ante un tribunal en Saipán, las Islas Marianas del Norte (que forman parte de Estados Unidos).
Por su parte, NBC News, indicó que Assange fue formalmente sentenciado a 62 meses. Teniendo en cuenta el tiempo que ya ha pasado en prisión, esto significaría que el fundador de WikiLeaks ha salido en libertad y viajado a Australia, donde lo esperaba su esposa.
El caso Assange ha sido una lección mundial, tanto por el triunfo al denunciar a la luz pública delitos que han violado flagrantemente los derechos humanos, cometidos por los gobiernos estadounidenses, como para quienes, desde el primer día de su prisión, se manifestaron en las calles e instituciones nacionales e internacionales, exigiendo su libertad.
Será un triunfo, además, para la libertad de prensa y opinión, y para quienes luchan por ellas.
Por todo eso, de mucha valía es lo expresado por la esposa de Assange, Stella Assange, cuando exclamó la víspera: «Julian libre».
Líderes latinoamericanos fueron los primeros en reaccionar a la liberación del activista y periodista, entre ellos el mandatario colombiano Gustavo Petro, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum. De igual forma el gobernante venezolano Nicolás Maduro, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, y el candidato independiente a la Presidencia de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., quien aseguró que Assange «es un héroe generacional».
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