La conjura yanqui contra CARICOM
25 de enero de 2020
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El gobierno imperialista de Estados Unidos, siguiendo la vieja práctica de “divide y vencerás –que viene desde los tiempos del imperio romano– lleva a cabo una activa conjura contra todos los procesos de integración y cooperación que puedan surgir y agrupar a cualesquiera naciones o gobiernos.
Coincidentes en proyectos e ideas, sin importar el lugar del mundo donde aparezcan quienes lo formen.
Se trata de una cruzada mundial para debilitar hasta su extinción, asfixia o sumisión a todo el que se atreva a unir fuerzas o coordinar posiciones conjuntamente para defender la soberanía, la autodeterminación de los pueblos y el principio de la no intervención, plasmados en la Carta de Naciones Unidas pero desconocidos sucesivamente por los regímenes instalados en la Casa Blanca de Washington, a partir de la existencia misma del país imperial.
Nada ni nadie ha podido salvarse desde entonces de los designios maléficos del imperialismo norteamericano, en sus afanes por dominar y someter a la humanidad, en cumplimiento de una supuesta “excepcionalidad” y de un delirante y demencial “mandato divino” que Estados Unidos dice satisfacer.
Al actual régimen de Trump le vienen como anillo al dedo tales premisas y con la pretensión de llevarlas adelante en Nuestra América se aferra a la añeja Doctrina Monroe y conspira activamente contra la Alianza Bolivariana – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Asociación de Estado del Caribe (AEC).
Recién tocó el turno a la prestigiosa Comunidad del Caribe (CARICOM), relevante y exitoso esfuerzo integrado nacido en 1973 mediante el Tratado de Chaguaramas en Trinidad y Tobago, al que fueron incorporándose los estados insulares o no del Caribe –casi todos ex colonias británicas– que acababan de independizarse y comprendieron rápidamente la importancia y la necesidad de coordinarse y acercarse entre sí para mirar hacia un futuro de prosperidad y desarrollo.
La CARICOM se ha caracterizado desde su fundación por sostener una política exterior independiente, ajena a las presiones imperiales que han tratado de doblegarla, expresando sus posiciones libremente, con dignidad y respeto entre sus integrantes y hacia sus vecinos del Caribe y América Latina, con los cuales mantiene fraternales y fluidas relaciones
El imperialismo yanqui de la era Trump insiste en someter a algunos de sus miembros y arrastrarlos al servilismo y la rivalidad entre ellos, con el propósito de debilitarlos y hacerlos más vulnerables a las presiones, el chantaje, las amenazas y el miedo.
No otro es el propósito de la titulada “reunión secreta” celebrada en Jamaica por el secretario Mike Pompeo con algunos de estos gobiernos para quebrar la unidad de acción y los esfuerzos comunes que hasta hoy han distinguido a la CARICOM.
La primera ministra de Barbados y presidente pro’témpore de la ARICOM, Mia Mottley, ha advertido sobre la conjura yanqui, rechazándola enérgicamente y alertando a todos sus integrantes sobre las verdaderas intenciones de división y sometimiento que reiteradamente lleva a cabo el gobierno imperialista de Estados Unidos buscando someter y neutralizar a la digna CARICOM.
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