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La causa de Cuba, victoriosa, universal y vigente

1 de noviembre de 2024

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La causa de Cuba es mucho más que la sola causa contra el bloqueo injusto, arbitrario u criminal; lo es también contra la inclusión en la lista yanqui espuria como supuesta patrocinadora de terrorismo; contra las sanciones coercitivas unilaterales; las agresiones y amenazas de todo tipo que han costado miles de víctimas al pueblo cubano desde hace más de 65 años, incluidas las víctimas de la tiranía proyanqui de Batista iniciada en 1952.

La causa de Cuba -vista en su profundidad y en su conjunto en medio de la convulsa situación mundial de hoy- es asimismo la causa de la soberanía y la independencia nacional, de la autodeterminación y la no intervención, de la igualdad jurídica de todos los Estados, de la integridad territorial, la libertad de comercio y navegación, de los principios contenidos en la Carta de Naciones Unidas y en la legislación y el derecho internacional y humanitario vigentes.

De ahí que la causa de la pequeña Cuba, mayor isla del Caribe y las Antillas, se convierta en ejemplo y bandera de la lucha de todos los países del mundo, en especial del llamado Tercer Mundo, que miran con orgullo, respeto y solidaridad la resistencia creativa de su pueblo heroico, digno y laborioso.

La reciente votación de la Asamblea General de Naciones Unidas recogió prácticamente la unanimidad mundial sobre estas consideraciones por trigésima segunda vez consecutiva, lo cual demuestra que es una verdad vigente e inconmovible y va más allá de la temporalidad de gobierno y coyunturas ocasionales.

Puede catalogarse como caso único e insólito en la política mundial, que no solo ha resistido todas las tramas y conspiraciones de los sucesivos gobiernos imperiales de Estados Unidos sino que ha fortalecido y acrecentado su presencia y apoyo. De ahí que esta reciente y aplastante votación en el 79 período de sesiones haya resultado verdadera conmoción y repercusión internacional que ni siquiera los medios monopólicos de comunicación manejados por el imperialismo han podido ocultar o ignorar.

Para orgullo y para honor del pueblo cubano, solo el gobierno imperialista de Estados Unidos, acompañado por su cómplice genocida Israel, fueron votantes en contra, con lo cual se desnudaron una vez más ante la opinión mundial y mostraron su hipocresía y falsedad. La intervención del representante yanqui fue indignante y risible a la vez.

El representante del payaso Milei llegó tarde, confundió la seña y no le fue posible mostrar su habitual sumisión al Imperio.

La causa de Cuba brilló otra vez porque es justa e incorruptible; porque cuenta con el apoyo y el esfuerzo de la abrumadora mayoría de su pueblo; porque ha sido y es solidaria con todos los que la han respetado, dando lo que tiene y no lo que le sobra.

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