ribbon

Insólita revelación…

11 de marzo de 2020

|

 

La noticia me ha impactado. La encontré en el sitio digital HispanTV y tiene que ver con una acusación que, de ser comprobada, agregaría más verdades sobre los crímenes contra la humanidad que comete Estados Unidos o que se involucra en ellos.

Esta vez se trata del médico iraquí, Omar al-Hadidi, quien denunció que la embajada estadounidense en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, hizo un regalo de gorras infestadas del COVID-19, a un grupo de jóvenes kurdos, que rápidamente contrajeron el virus que ya ha causado más de 4 000 muertes en unos 110 países.

La denuncia, hecha a través de un video, refleja que Estados Unidos envió un cargamento de gorras rojas —el color preferido por los simpatizantes de Donald Trump— a jóvenes kurdos iraquíes y ellas estaba introducida la cepa del coronavirus, cultivada en algún laboratorio bioquímico.

El galeno relata que cuando atendió en un hospital de Erbil a un paciente que dio positivo al coronavirus, se percató que el enfermo, al igual que otros cinco con el mismo diagnóstico, tenían en común haber recibido gorras como regalo de la misión diplomática de EE.UU.

Refiere que en busca de la fuente de contagio de esos seis infectados, el facultativo ha explicado que tomó muestras del tejido de las gorras en cuestión para analizarlas y los resultados mostraron que estaban contaminadas con el virus.

Como forma de la veracidad en cuanto a lo que describía, el médico iraquí mostró ante las cámaras de televisión el hallazgo, mientras explicaba que los virus estaban camuflados en una especie de plástico y se activaban por efecto del contacto con un poco de humedad, de este modo, la persona que se ponía la gorra se contagiaba debido a la transpiración, iniciándose así la cadena del contagio a otros individuos cercanos al sujeto infectado. Todavía más insólito es que cada gorra obsequiada —y contaminada con el virus COVID-19, estaba firmada por el embajador de Estados Unidos en Irak, Matthew Toler, como para que nunca se olvidara la procedencia.

El despacho noticioso en cuestión explica que en otra parte del vídeo, el galeno ha asegurado que las autoridades de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí fueron muy reticentes a que se publicara cualquier información que inculpara a los estadounidenses en cuanto a la propagación del nuevo coronavirus en Irak, y en concreto, en la región kurda.

Conforme a su testimonio, algunos de sus colegas de profesión fueron amenazados de muerte si llegaban a revelar este asunto y otros fueron silenciados por medio de sobornos, no obstante, sostiene que él no estaba dispuesto a permanecer en silencio debido a su juramento hipocrático, es decir, de la ética médica.

Comentarios