Injerencismo
1 de abril de 2023
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Preocupado por el ejemplo de buen gobierno que está ejerciendo Andrés Manuel López Obrador en México, las agencias de inteligencia de Estados Unidos han reforzado sus vínculos con la derecha del país de los aztecas para tratar de derrocar a AMLO o por lo menos evitar que prosiga su programa de beneficio al pueblo una vez que deje la presidencia en el 2024.
Conocidos son los esfuerzos de la mafia legislativa estadounidense liderada por elementos de lamentable origen cubano contra el mandatario mexicano, pero ahora la batuta de la mentira ha sido enarbolada por figuras de más relieve que están demandando la intervención del ejército estadounidense en México para supuestamente combatir a los cárteles del narcotráfico, que, de una manera u otra, han sido alentados, apoyados y explotados desde el propio Estados Unidos.
Todo ha servido de pretexto para denigrar a AMLO, incluso el muy reciente crimen contra migrantes encerrados en un albergue devenido establecimiento carcelario al que se le dio fuego sin que nadie acudiera a socorrerlos.
Obvian que el propio Presidente se presentó en el lugar y que fueron aprehendidos el responsable del hecho y otros individuos que se convirtieron en cómplices del crimen.
Pero hay mucho más contra la soberanía mexicana por los denominados tanques pensantes estadounidenses, que aprovechan el mayor control de los medios por la derecha para elaborar todo tipo de desinformación en una nación que por vez primera en décadas esta siendo gobernada por una persona honesta.
LAS FACHADAS DEL GOLPISMO
En un documental denominado Las fachadas del golpismo, el cineasta Carlos Mendoza Apetite advierte que hay un sofisticado plan de sabotaje contra el Presidente mexicano que, en última instancia, busca deponerlo del poder.
Históricamente, las agencias estadounidenses han intervenido en la política interna del país a la hora de establecer conexiones con organizaciones o figuras políticas que juegan un papel de opositores al gobierno, recuerda el portal Cubasi.
En su calidad de integrantes de las denominadas organizaciones de la sociedad civil, establecen contacto lo mismo con grandes empresas como con gobiernos extranjeros (como es el caso con EE.UU.) para obtener financiamiento.
Y aunque aparentan ser inofensivas, tanto organizaciones no gubernamentales como agencias estadounidenses han estado involucradas en golpes de Estado a lo largo y ancho de América Latina.
Quizás algunos recuerden que, en agosto del año pasado, cuando de manera simultánea se registraron hechos violentos en algunas ciudades de México, la mayoría de los medios puso el acento en el hecho de que el gobierno era incapaz de poner orden.
Quemas de vehículos, asaltos a tiendas y balaceras sirvieron como insumos para construir una narrativa en torno a la ausencia de un Estado de derecho o, peor aún, para asegurar que México se había convertido en un “narcoEstado”.
PROMOVIENDO LA INTERVENCIÓN
Estos mensajes eran promovidos también desde EE.UU. Por aquellos meses, el gobernador de Texas instaba al presidente Joe Biden a catalogar a los grupos del narcotráfico en México como “terroristas”. La solicitud abría la posibilidad de que las Fuerzas Armadas y de Seguridad de EE.UU. intervinieran en territorio mexicano para abatir a los narcotraficantes.
El sector privado también juega su parte. Se ha instaurado una “industria del derrocamiento”: consultoras y los ya nombrados tanques pensantes construyen tendencias en redes sociales y consensos entre la opinión pública para desgastar al gobierno.
Esta narrativa ha venido ganando adeptos dentro de la Unión Americana. Se han sumado más gobernadores, legisladores y hasta fiscales generales de varios estados para poner un alto a un problema que, aseguran, el gobierno mexicano ha sido incapaz de resolver.
Desde el exterior se promueve una mayor cooperación lo mismo con organismos como la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), que con la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés).
Consultoras como CLS Strategies, acusada de participar en el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en el 2019, ya está operando a sus anchas en México, generando perfiles falsos en redes sociales para atacar a AMLO.
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