Injerencia tan evidente como chapucera
12 de febrero de 2021
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Rusia envió una advertencia a la Embajada de Estados Unidos en Moscú para que no siga interfiriendo en sus asuntos internos, y denunció que diplomáticos norteamericanos están involucrados en la subvención de líderes opositores para crear el caos en el país, al estilo de lo que hizo en Ucrania y otras naciones mediante el “golpe blando”, propiciado por la falsedad de las “revoluciones de colores.
Ello obedece a un plan puesto en práctica desde hace mucho por el imperialismo norteamericano, utilizando todo tipo de instrumentos de su abanico de inteligencia, con un montaje de noticias falsas divulgadas por los instrumentos de información, que tuvo su momento culminante durante el pasado mandato de Donald Trump, y que persiste en el poco tiempo del actual mandatario, Joe Biden.
En sí no es nada nuevo, y en muchas ocasiones Moscú ha tenido que expulsar a personal diplomático cogidos in fraganti con entidades opositoras que subvencionaba, muy por el contrario del estilo que “héroes” del espionaje como el prefabricado James Bond, el Agente 007, muestran en muy difundidas series novelescas de acción, generalmente de buena factura.
Moscú ha legislado repetidamente para eliminar las acciones de falsas organizaciones no gubernamentales establecidas en el país, con el fin de subvertir el orden, servir de quinta columna a favor del Imperio y desarrollar las opciones políticas internas que estén a favor del unilateralismo proclamado por Estados Unidos.
En este contexto, las autoridades moscovitas, desde que Vladimir Putin es presidente, nunca ha descuidado este constante peligro para la soberanía de la nación euroasiática.
Con anterioridad, la Fiscalía General, en una acción sin precedentes, había declarado “indeseable” a la disfrazada ONG Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy –NED-), norteamericana, al entender que su actividad en Rusia amenazaba el orden constitucional, la capacidad de defensa y la seguridad del Estado.
Sus actividades estuvieron dirigidas a declarar ilegítimos resultados electorales, organizar actos políticos para influir en las decisiones de órganos del Poder Ejecutivo y desacreditar a las Fuerzas Armadas de Rusia, mediante la financiación de entidades comerciales y no comerciales, para lo cual empleó por lo menos cinco millones de dólares.
La NED fue creada por el Congreso de Estados Unidos en 1983, con el objetivo declarado de “ayudar en el establecimiento y desarrollo de la democracia y la libertad en todo el mundo”.
Pero las autoridades han creado una ley que implica que ese tipo de ONG no podrá realizar transacciones monetarias ni establecer filiales en territorio ruso.
La ley permite declarar indeseables a esas falsas organizaciones no gubernamentales que representan “una amenaza para las bases del orden constitucional de Rusia, su capacidad defensiva y seguridad”, y contempla multas para los ciudadanos que colaboren con ellas.
Desde el 2012 Moscú había aprobado una normativa para que las ONG rusas que recibían financiación desde el exterior debían inscribirse en un registro como “agentes extranjeros”.
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