ribbon

¿Hacia un nuevo “pacto de Bagdad”?

28 de abril de 2015

|

La década del 50 del pasado siglo XX, como recordamos, fue la década de los pactos y alianzas militares alentadas por Estados Unidos y secundadas fervorosamente por sus fieles seguidores de la Gran Bretaña, desplegando en diversas regiones del mundo sucesivos bloques bélicos que tendrían la misión combinada de servir de punta  de lanza para la agresión militar, la influencia política e ideológica y también la penetración económica.

Una vez cumplida esta tarea, -que tuvo entonces como pretexto “la contención del comunismo,”- el destino de tales bloques fue diverso: algunos, como la OTAN, se ampliaron y diversificaron mientras que otros como la SEATO (articulado para el sudeste asiático) cayó víctima de la derrota yanqui en Viet Nam.

Años antes había volado en pedazos también el de la CENTO (concebido para Oriente Medio y Asia Central) pues dentro de los países que lo integraban originalmente se produjeron cambios políticos internos que lo hicieron insostenible. Ellos fueron en Irak, Irán y Pakistán, que junto a Gran Bretaña y con el apoyo de Estados Unidos formaban el núcleo central de ese entendimiento, cuyo propósito era también entonces mantener a raya al Egipto de Nasser, a la siempre problemática Siria y al pequeño Yemen republicano.

Poco más de medio  siglo después, y en nuevas circunstancias geopolíticas, va tomando forma en el área una alianza militar que tiene como punto de partida al llamado Consejo de Cooperación del Golfo, -integrado por las enriquecidas monarquías petroleras del Golfo Arábigo-Pérsico,- que hoy ejercen influencia decisiva dentro de la Liga Árabe, donde solo pocos países resisten aún a sus dictados.

Obviamente, los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña inspiran, alientan y organizan esta alianza bélica a la cual venden cantidades multimillonarias de armamento y a la vez intentan convertir en un escudo protector para Israel en caso de que la entidad sionista tenga que enfrentar algún peligro futuro.

Tal parece que nos acercamos, por lo que se aprecia paulatinamente, a la creación de otro “Pacto de Bagdad”, que esta vez procuraría la contención de Irán, Rusia, también China si fuera necesario, el movimiento chiita Hezbollah y todos cuantos en la región se atrevieran a desafiar las órdenes de Washington, las intrigas de Londres o los poderes monárquicos que vienen del Golfo.

Medios de prensa europeos y árabes que siguen de cerca estos acontecimientos no descartan que la actual guerra de agresión aérea librada contra el territorio de Yemen, surgida de la coalición rápidamente formada por el Consejo del Golfo y otros socios incorporados, no sea más que un ensayo general y sangriento del tipo de operaciones que asumirá el eventual pacto.

Recordemos que la recién publicada Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos dice al respecto: “Una estabilidad a largo plazo (en el Medio Oriente y en el norte de África) requiere más que el uso y la presencia de fuerzas militares estadounidenses. Exige socios que sean capaces de defenderse por sí mismos. Es por eso que invertimos en la capacidad de Israel, de Jordania y de nuestros socios del Golfo para desestimular una agresión, manteniendo a la vez nuestro inquebrantable compromiso con la seguridad de Israel, incluso mediante su ventaja militar cualitativa”.

Comentarios