¿Habrá novedad?
19 de marzo de 2019
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La llegada de un nuevo primer ministro al gobierno de Perú recuerda a aquel grupo musical vasco Los Xeys (que eran cinco, porque uno falleció) que respondía -como el mayordomo José- a una baronesa preocupada por si había pasado algo: “No hay novedad, Señora Baronesa/no hay novedad, no hay novedad/ Sólo pasó que anoche cayó un rayo/y de la casa hizo un solar/ Por lo demás, no pasa nada/ ¡Sin novedad, sin novedad!”
Y así el presidente MartÍn Vizcarra, en aras de revertir una impopularidad ante sus propósitos reeleccionistas, cesó al hierático premier César Villanueva, ministro en el gobierno del defenestrado y corrupto Pedro Pablo Kuczinski (PPK, como se le conoce), y nombró al locuaz, comunicativo y todo un actor en escena Salvador del Solar.
Pero éste, si quiere hacer un buen trabajo para la causa oficial, debe contender con un mentor que en vez de aprovechar que la reaccionaria oposición fujimorista ya no controla el Congreso y enfrentar los problemas estructurales que tiene la nación, vaga en busca de ayuda a Chile, para que lo $alve su amigo pinochetista Sebastián Piñera, y baila al compás del mandato de Trump para ayudar al derrocamiento del legítimo Presidente de Venezuela.
No sé si este Del Solar se salvará del desastre y de su gestión se edifique una nueva casa, pero tiene que concentrarse en las encrucijadas de la gobernabilidad y actuar contra las acusaciones de sus enemigos de ostentar un verbo vacío, muy distante de la gestión y los resultados, y estar apegado a las entrevistas y los reportajes.
Sin embargo, no creo que sea un olmo que no puede dar peras, y sorprender, convirtiéndose en el salvador de Vizcarra, Si lo hace, pienso que alimentaría una ambición presidencial en el 2021.
Lejos del buen gobierno
Un presidente norteamericano, Thomas Jefferson, decía que “el cuidado de la vida humana y la felicidad es el primer y único objeto del buen gobierno”, lo cual no está ambientado en el actual gobierno peruano, como tampoco a los que se han sumado a la ola neoliberal que está ahogando a gran parte del continente.
Pese a las altas y bajas presidenciales, Del Solar y el resto del gabinete, donde hay algunas mujeres, encuentran un panorama diferente: la mayor fuerza reaccionaria en el Congreso aparece disminuida, lo cual derivó en la fragmentación y la formación de nuevas bancadas.
Es decir, no deben generarse confrontaciones políticas y el gobierno no tiene excusas para responsabilizarlas de su inacción, porque el camino está allanado para probar realmente que tiene capacidad de gestión.
Y ello es importante, porque en enero último, el Banco Central de Reserva proyectó un crecimiento económico por encima del 4%, pero las cifras dan menos del 2%. A ello se debe agregar que las proyecciones para este año y el 2020 ya empiezan a evidenciar una curva descendente.
Es prioritario ocuparse de las reformas tantas veces invocadas, pero siempre postergadas y no atendidas: de salud, de educación, laboral, la del sistema de pensiones, entre las más importantes. Y sin dejar de considerar que se requiere un debate urgente de la prórroga del régimen agrario, que en los últimos cinco años ha alcanzado un crecimiento en la tasa de empleo en promedio del 14%. Ninguna otra actividad se acerca siquiera a la mitad de esta tasa.
En el tema de la educación, el mismo Vizcarra se encargó de establecer un objetivo inicial, cuando en una entrevista dijo que para fines del año 2019 entregaría “mil nuevos colegios”, pero desconoce que el gran problema pasa por la calidad, de forma especial en la pública.
En el ámbito de la salud es claro que el gran problema sigue siendo el enfoque de atención hospitalaria, que es del 80%, y sólo el 20% en la primaria, por lo que se falla en la prevención y en la eliminación de enfermedades crónicas, lo cual golpea a la mayoritaria clase necesitada de la población peruana. de ahí el gran deterioro de la salud en general.
En el ámbito laboral, sólo el 25 de la población económicamente activa tiene empleo formal, y más del 73% se encuentra insertada en el segmento informal, que crecerá, debido al decrecimiento económico.
Como se puede apreciar la tarea es fuerte para el nuevo premier y el gabinete que lo acompaña, y más con un presidente que no acaba de tener coherencia, tanto en lo interno como en lo externo.
¿Habrá novedad?
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