Golpe a la guerra económica
7 de mayo de 2018
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La sistemática guerra económica contra el pueblo de Venezuela está siendo combatida con relativo éxito por la Operación Manos de Papel, que ya ha puesto en prisión o en fuga a centenares de sicarios de la economía, cuyas fotos y delitos han aparecido por estos días en la prensa que todavía no está al servicio del imperialismo y la oligarquía.
Ahora la operación tiene una segunda etapa, que se concentra principalmente en el sistema bancario, luego de una primera centrada en regiones ubicadas en las inmediaciones de la frontera con Colombia, en la que se recuperaron gran cantidad de dinero venezolano y combustible robados, con un número alto de detenidos y pruebas de la participación de compañías transnacionales amparadas personalmente por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Luego de que se informara que hay 19 entidades financieras involucradas en delitos contra la nación, este miércoles fueron detenidos once directivos de Banesco, con amplio ascendente en la actividad contrarrevolucionaria de la depreciación del bolívar y la guerra económica en general.
Banesco es la muestra fehaciente de irregularidades que sólo se explican con la intención manifiesta de coadyuvar al deterioro del sistema, como no realizar las comprobaciones de domicilio de sus clientes, lo que facilita el funcionamiento de empresas denominadas de maletín, dedicadas al tráfico de billete y la fijación del marcador del dólar.
Los clientes, cuyo movimiento no son acorde con su perfil financiero, no son reportados, lo cual facilita la compra y venta de divisas en el mercado especulativo, vinculados directamente con la extracción del papel moneda venezolano.
Se observan empresas de reciente constitución, con movimientos de grandes sumas de dinero, sin ser reportados a las autoridades competentes y otras que abren sus cuentas y comienzan a tener una gran cantidad de movimiento sin ser justificada. Asimismo, hay carencia de capacidad operativa para controlar el sistema de monitoreo y detectar alertas, lo cual facilitan las operaciones de manera impune.
Muchas de las transferencias detectadas de Banesco son procedentes del exterior, específicamente desde Cúcuta, por lo cual se está frente a una gran operación criminal que tiene componentes locales y transnacionales, pero que tienen dos objetivos: primero: dejar sin billetes a la familia venezolana, llevándolos hacia Colombia, y en segundo lugar, fijar una tasa marcadora cambiaria especulativa para desestabilizar y boicotear el sistema económico financiero nacional.
Al respecto, se han abierto casas de cambio en las zonas económicas especiales, en las zonas Petro, en los hoteles, aeropuertos y destinos turísticos, con el fin de que las personas que tengan algún tipo de operación cambiaria encuentren la vía legal para hacerlo, evitando caer en las manos de las mafias del delito organizado que fomentan el dólar, por lo cual afectan la economía nacional.
Sin dudas, se está combatiendo de manera organizada la guerra económica, que contempla muchas aristas, por lo que el presidente Nicolás Maduro, con vistas a los próximo comicios del día 20, afirmó que, de ser reelecto, la lucha contra el flagelo será el objetivo principal, porque asegura la consolidación de la Revolución Bolivariana y la consecución de los amplios planes para mejorar la calidad de vida del pueblo venezolano.
Así, ha presentado un conjunto de propuestas y ocho leyes vitales para afrontar y resolver el alza de los precios, la inflación inducida, con lo cual se enfrenta a la guerra económica, castiga a los “bachaqueros” y para que la Asamblea Nacional Constituyente y el gobierno revolucionario enfrenten juntos esta batalla histórica.
De ello se podrá escribir ampliamente después del 20 de este mes, en las que, a pesar de ser elecciones cuestionadas por los de siempre, los enemigos del pueblo, de dentro y de fuera, presentan a un Maduro favorito, dispuesto a enfrentar la guerra económica emprendida por los imperialistas y sus acólitos locales, pero que tendrá que vencer primero a entes opositores que tienen el mérito de presentar aparentemente una batalla electoral sin “guarimbas”, que será monitoreada por miles de observadores internacionales.
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