Fracasamos…
23 de julio de 2021
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En la vida hay ocasiones en que el ser humano —al menos así me ha pasado—, trae a la mente supuestos con ideas elaboradas a la medida de nuestros gustos y la comodidad de así creerlo. Si analizamos la actual salida de Afganistán de las fuerzas militares de Estados Unidos y la OTAN, aunque los agresores no lo reconozcan y se den «explicaciones» con argumentos contrarios a la realidad, la verdad es que se trata de un verdadero fracaso.
Este viernes, cuando leía los más significativos despachos noticiosos aparecidos en medios internacionales, me detuve en uno que quiero comentarles. Su título: «Fracasamos».
Se trata del reconocimiento —no por el gobierno estadounidense, sino por oficiales y soldados que salen ahora de Afganistán—, dejando un país, más de 20 años después de invadirlo y ocuparlo, mucho más inestable, económicamente más precario y…muy importante, con casi todo su territorio dominado por los grupos talibanes, los mismos que el Pentágono y la OTAN dicen haber combatido y vencido.
Esa es la idea elaborada en la mente de los estrategas militares y políticos en Washington, capaces de automentirse ellos y mentir a los ciudadanos de su país y el mundo, en aras de querer justificar una acción militar que ahora debe terminar con muchas penas y ninguna gloria.
Algunos veteranos estadounidenses creen que la invasión de Afganistán fue en vano y EE.UU. ha fracasado en la guerra más larga de su historia, señala un análisis de Hispantv.
Se ha constatado que, de acuerdo con un informe publicado por el Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown, en los 20 años del conflicto armado en Afganistán, 241 000 personas han perdido la vida, de las cuales 2 442 pertenecen a los militares estadounidenses.
El citado despacho de prensa se hace eco de un reporte de la agencia británica Reuters, que cita declaraciones del soldado de las fuerzas especiales de Marines de Estados Unidos, Jason Lilley, quien ha asegurado que «perdimos la guerra al cien por ciento».
El citado militar es referencia por tratarse de alguien que, con 41 años, ha dedicado 16 de ellos a participar en crueles guerras e invasiones en Irak y Afganistán. Inclusive, defiende el criterio de ser un «combatiente de primera fila contra el terrorismo».
Los veteranos de las acciones bélicas realizadas por distintas administraciones estadounidenses en las últimas décadas, constituyen una especie de reliquia crítica para, en muchos casos y con variadas aristas, denunciar al mundo la otra verdad sobre tales políticas de sus gobiernos.
Otros miles de ellos han preferido quitarse sus vidas recurriendo a los frecuentes suicidios, antes de continuar viviendo con traumas, alucinaciones y heridas sentimentales, por haber sido testigos de los más horrorosos crímenes, torturas, y asesinatos de civiles, entre ellos niños y mujeres, o de compañeros abatidos por balas del adversario.
Tiene total lógica entonces, que se consideren fracasados en la aventura de Afganistán pues, aunque sus gobiernos y jefes militares no lo reconozcan, salen vencidos militarmente y condenados por el pueblo afgano y la comunidad internacional.
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