Fascismo renace en USA
27 de mayo de 2024
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No es que el fascismo haya desaparecido en la sociedad norteamericana, pero su presencia y poder se está sintiendo cada vez más fuerte en una nación en la que siempre ha faltado la educación al respecto.
De una manera u otra, quizás subliminalmente, está presente en la película que acaba de estrenar este mayo el director Francis Ford Coppola, denominada Megalópolis, un cuento al estilo del Imperio Romano, en el que invirtió 120 millones de dólares de su fortuna personal, sin importarle el éxito o el fracaso al respecto.
Coppola enfrentó preguntas de la prensa el día después de estrenar “Megalópolis”, protagonizada por Adam Driver como un arquitecto llamado César Catalina que trata de construir una utopía en una futura ciudad de Nueva York. Los críticos calificaron la película de todo, desde un desastre hasta un despliegue admirablemente ambicioso que sólo Coppola podía hacer.
Cuanto más se acercaba a hacerlo, dijo, más relevante le parecía -cuenta a AP-, porque “lo que está sucediendo en Estados Unidos, en nuestra república, en nuestra democracia, es exactamente cómo Roma perdió su república hace miles de años”, y lamentó el resurgimiento de la “tradición neoderechista, incluso fascista”.
NO ESTÁ OFICIALMENTE, PERO ESTÁ
El fascismo es un término que se utiliza comúnmente para describir a los regímenes totalitarios y autoritarios que surgieron en Europa en el siglo XX, liderados por personajes como Adolf Hitler y Benito Mussolini. Sin embargo, muchos no conocen la historia del fascismo en Estados Unidos. Aunque nunca llegó a establecerse un régimen fascista allí, ha existido su presencia en la política estadounidense desde principios del siglo XX. A pesar de esto, la mayoría de los estadounidenses desconoce esta parte de su propia historia política, algo que no tiene nada de extraño.
El final de la Primera Guerra Mundial trajo cambios significativos a nivel global, y uno de los más importantes fue la caída de las monarquías europeas y la expansión de los movimientos nacionalistas y democráticos. Sin embargo, estos cambios también generaron descontento entre los sectores más conservadores de la sociedad, quienes se sentían amenazados por la creciente influencia socialista en Europa y Estados Unidos.
En este contexto, surgieron movimientos políticos autoritarios y nacionalistas, incluyendo el fascismo. En Estados Unidos, estos movimientos se manifestaron en grupos políticos como la Asociación Americana Contra la Participación en la Guerra (AAPA), que se oponía a la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, y el Partido Fascista Estadounidense (PFE), fundado en 1923 por el italiano Gino B. Speranza.
Además del PFE, también existió una presencia del Partido Nazi en Estados Unidos durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Esta organización fue liderada por el líder supremacista blanco George Lincoln Rockwell y tenía el objetivo de promover la ideología nazi en el país.
INFLUENCIA
A pesar de la presencia fascista en Estados Unidos, nunca llegó a establecerse un régimen de este tipo. Sin embargo, la política interna y exterior de los presidentes Franklin D. Roosevelt y Harry Truman compartía algunas similitudes con el fascismo europeo. Por ejemplo, ambos líderes implementaron políticas económicas intervencionistas y centralizadas, incluyendo el New Deal de Roosevelt y la Ley GI Bill de Truman, que otorgaba beneficios económicos y educativos a los veteranos de guerra.
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos adoptó una política de intervencionismo en países de América Latina y Asia, semejante a la imperialista de los regímenes fascistas. Además, también participó en la carrera armamentista y la creación de armas nucleares, lo que es una muestra de su ideología ultranacionalista.
Su influencia ha perdurado en la política del país. Algunos grupos políticos, como la alt-right y el movimiento neonazi, han adoptado algunas de las ideas del fascismo en su discurso político y han generado una mayor presencia en las redes sociales. Además, el término “fascismo” se ha utilizado en los debates políticos actuales, tanto por parte de la izquierda como de la derecha, para referirse a políticas autoritarias o nacionalistas.
IMPACTO SOCIAL
La presencia de movimientos supremacistas y neonazis ha generado tensiones raciales y étnicas en el país, lo que se ha evidenciado en los episodios de violencia y en las protestas en contra de la discriminación racial. Además, la falta de educación sobre esta parte de la historia política estadounidense ha llevado a la desinformación y la ignorancia sobre este tema tan relevante.
En los últimos años, ha habido un resurgimiento de la ideología fascista en Europa y Estados Unidos. El aumento de la inmigración y el temor al terrorismo han llevado a algunos sectores de la sociedad a adoptar posturas ultranacionalistas y autoritarias. Esto se ha manifestado en el surgimiento de partidos políticos de extrema derecha en países como Francia y Alemania, así como en las manifestaciones neonazis en Estados Unidos.
El fascismo estadounidense es un tema que sigue siendo relevante en la política actual. Aunque nunca se estableció un régimen fascista en el país, su presencia ha dejado un legado en la política y la sociedad. Es importante ser conscientes de la historia del fascismo y comprender la importancia de una educación sólida para prevenir su resurgimiento.
Al entender el pasado, se puede construir un futuro más justo y tolerante, algo realmente difícil en Estados Unidos, donde, aunque no hubiera fascismo, si hay extrema desigualdad, su política exterior avasalla a los países más pequeños, preconiza guerras fuera de su territorio y todos sus gobiernos son instrumentos de un establishment protector de los intereses más espurios.
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