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Fábula de un embustero y una mercenaria

26 de febrero de 2019

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¡Qué clase de tipos!, diría el humorista cubano “Cabo Pantera” para calificar a Luis Almagro y a Rosa María Payá. El primero un embustero de baja calaña y la otra, una mercenaria. Los dos son asalariados de los gobiernos de Estados Unidos y responden fielmente a lo que dice Washington, o dejan de cobrar los cheques con el dinero y las migajas que les brinda el imperio.

Almagro, el personajillo, huérfano moralmente, se atrevió, sin que nadie le preguntara, a lo que la agencia EFE llama “descalificar” las instituciones creadas por la nueva Constitución en Cuba,

Tuitea a nombre de una OEA a la que Cuba no pertenece ni pertenecerá jamás. O es que el susodicho secretario general  no está convencido todavía que a ese «ministerio de colonias» no le queda moral alguna para opinar siquiera sobre los asuntos de Latinoamérica.

En el caso de la Payá, por viajar a Miami con boleto gratis y viáticos pagados por sus amos, se presta a las peores patrañas, incluso a la de usar el nombre de su fallecido padre, para «vivir del cuento», como se diría en el más popular de los programas humorísticos de la televisión cubana.

Esta vez, mancomunados Almagro y Payá, esta última fabricó y el payaso mayor divulgó un burdo montaje de video en el que aparece un hombre con varias papeletas que depositaba en una urna. ¡Fraude!, era la jugada cantada para de esa forma Almagro  tuitear: “En dictadura referéndum es sinónimo de fraude. No reconocemos actos/instituciones creados por Constitución viciada de ilegitimidad de origen y contrarios a principios de Carta Democrática Interamericana”.

Incluso, el 12 de febrero, mucho antes del referendo ya la desprestigiada OEA se adelantaba a calificar de «ilegítima» la consulta popular para aprobar o no la nueva Constitución.

Pero ambos personajes sabían o se imaginaban que el pueblo cubano daría un rotundo SI a nueva Carta Magna, y por ello se apresuraron con sus diatribas malignas.

Rosa María Payá, que preside  la organización contrarrevolucionaria “Cuba decide”, radicada en Miami, ha sido el exponente más mediático de los grupúsculos que desde la Isla y  Miami, se empeñan en cumplir con el “trabajo” de querer desprestigiar el proceso revolucionario en la Isla.

Uno de sus últimos escenarios donde ha servido fielmente a Washington, ha sido el de premiar al presidente de Colombia, Iván Duque, con el estandarte creado por otra organización mercenaria, la autollamada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (JuventudLAC) y que lleva el nombre de Oswaldo Payá. Su hija es la presidenta de honor de ese engendro.

Por qué se premia a Duque, pues por “su activismo a favor de la libertad de Venezuela”.

Interesante definición: activismo le llaman a pedir a toda voz que Estados Unidos envié a sus fuerzas militares a Colombia para desde allí llevar a cabo una intervención en la República Bolivariana.

Para  la furibunda contrarrevolucionaria Rosa María Payá, “la dictadura cubana es el centro desestabilizador en el hemisferio y causa del colapso democrático venezolano”.

Lo descrito es solo una ínfima parte de lo que podría llamarse una fábula de un embustero y una mercenaria.

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