Exigencias, ¿con qué derecho?
2 de junio de 2022
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Desde Miami —¿de dónde si no?— alguna agencia de prensa da cabida a despachos frecuentes, con opiniones infundadas, mentiras de vieja data y hasta calenturas de personajes y llamadas organizaciones civiles, cuyo centro de mira es atacar a Cuba.
Coincidiendo con la aplicación de la justicia a elementos contrarrevolucionarios, que se hacen pasar por artistas «disidentes», para cometer hechos vandálicos, violaciones del orden, irrespeto a los símbolos patrios y otros, una de estas agencias de la prensa occidental, se apeó la víspera con un título y encabezamiento desinformativo, que dice: «La HRF condena enérgicamente el juicio a cubanos Otero Alcántara y Osorbo».
Hay que recordar que la citada «Human Rights Foundation» (HRF) de dudosa transparencia y poca credibilidad en sus apreciaciones sobre el tema de los derechos humanos y otros, generalmente aparece alineada al poder monopólico y sustento económico de Estados Unidos, y, por supuesto, sus apreciaciones nunca condenan las violaciones que a diario ocurren precisamente en territorio estadounidense.
Según la institución y lo que divulga la agencia EFE, el juicio que se sigue a ambos violadores de la ley y el orden en Cuba, «forma parte de una campaña más amplia del régimen cubano para perseguir a artistas, intelectuales y defensores de los derechos humanos».
Es interesante que ni la citada Fundación, ni la agencia de prensa que divulga las mentiras, se refieren a los derechos asegurados a los encartados, la atención jurídica brindada durante todo el proceso y la transparencia del mismo, convertido por el poder mediático manipulador en algo que no es.
Añadiría al respecto el poco favor que se hacen los fabricantes y divulgadores de tantas falacias, que solo logran falta de credibilidad y peor aún, responder a los intereses de una potencia extranjera, sancionado por cualquier ley y en cualquier país del mundo. Más importante que hablar de derechos humanos es no mentir ni atribuir a otros, violaciones que se practican a diario en estados para nada respetuosos de los mismos.
A la HRF y a quienes dan cabida mediática a sus diatribas anticubanas, les aclaramos que, ni le hemos pedido sus opiniones, ni aceptamos nada que venga con un ropaje falso y un contenido realmente contario a las leyes de nuestro país.
Esto de querer «fabricar» disidentes para usarlos contra Cuba, es algo que bien conocemos desde hace muchas décadas.
También estamos inmunizados —con vacunas nacionales— contra quienes pretenden hacer mella en el territorio de esta Isla de la Dignidad, en la que nunca tendrán cabida los agoreros imperiales ni quienes respondan a sus mandatos.
Hay mucho de qué hablar en Cuba y de todo lo que falta por hacer para que nuestra obra sea más inclusiva y transparente pero siempre con el ser humano, como su verdadero protagonista, constructor y beneficiario.
Ningún derecho tiene esa tal Fundación para pretender inmiscuirse en fundamentos jurídicos respaldados mayoritariamente por el pueblo y que garantizan plenamente los derechos de cada ciudadano a un debido proceso, bajo las más estrictas normas refrendadas por la Constitución.
Ningún derecho tienen quienes creen que con sus «exigencias» basadas en la mentira, pueden inmiscuirse en aspectos que competen a nuestra justicia, con apego al cumplimiento estricto de la legislación cubana.
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