Europa: la gran derrotada
3 de abril de 2022
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No se ha escrito aún el último capítulo del conflicto ruso-ucraniano y ya se puede percibir y llegar a la conclusión indudable de que Europa es la gran derrotada de esos acontecimientos, en que la Unión Europea permitió ser arrastrada por el gobierno imperialista de Estados Unidos, cuando sus gobiernos se rindieron al chantaje y la presión yanquis perdiendo la oportunidad de jugar en la difícil situación creada un papel moderador, sensato y juicioso en favor de la paz, de la contención y aún de la solución de la inminente confrontación.
Ahora puede verse claro que la etapa final que condujo a los enfrentamientos bélicos se produjo a raíz del desconocimiento y la traición por parte de los gobiernos sucesivos de Estados Unidos de los acuerdos alcanzados en Minsk que al parecer, permitían abrir un camino negociador y pacífico alrededor del tema de la región del Donbass y las repúblicas de Donetsk y Lugansk, ejes del conflicto.
Pronto se hizo evidente, sin embargo, que el gobierno imperialista de Estados Unidos aspiraba a utilizar la situación como pretexto para enfrentar, agredir y desgastar a la vecina Rusia -que era su verdadero y temido objetivo en este caso- utilizando como instrumento servil al gobierno ucraniano, comprometido y cómplice mediante arreglos que hoy se conocen acerca del establecimiento de los laboratorios de armas biológicas yanquis en su territorio y negocios particulares de energéticos con familias prominentes de Estados Unidos y sus empresas.
La narrativa fantasiosa y mentirosa de los medios de comunicación y las redes sociales haría el resto, creando el ambiente propicio para la confusión, la desinformación y el engaño.
Así se intentó generalizar universalmente una rusofobia finalmente fracasada, pues como se ha comprobado, el resto de los países del mundo se niega a incorporarse al ridículo carnaval de sanciones auspiciado por Washington, conscientes de que todo no es más que un intento por satisfacer el interés hegemónico del decadente imperio y los intereses particulares de algunas familias.
Europa, por tanto, quedó aislada y desguarnecida, obligada a librar, por ahora, una “guerra de sanciones” en la que ya se observa de antemano derrotada y abandonada por su socio yanqui, que siempre saldrá mejor librado en cualquiera de las variantes que puedan tomar los acontecimientos.
Llevada de la mano por el régimen yanqui, Europa se ha visto en la inconcebible e impensable posición de aliada de los nazis ucranianos, entrampada en la fantasía consciente o inconsciente de que lo hará en aras de la “democracia” y la “libertad”.
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