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30 de junio de 2015
|Este lunes los bancos griegos amanecieron cerrados.
La noticia no tendría particular significación, si no fuera por la situación crítica que vive el país al que la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional le han dado un ultimátum “insultante”, según lo calificó el primer ministro Alexis Tsipras.
Ante las nuevas exigencias a una nación con su economía desplomada y un desempleo que afecta al 52% de la población joven laboralmente activa, los acreedores demandan al gobierno nuevos recortes como condición para un segundo rescate.
En Grecia el Producto Interno Bruto (PIB) ha caído un 25% en los últimos años y solo en el año 2011 la economía se contrajo un 8,9%.
Datos del gobierno heleno señalan que el desempleo en general se ha triplicado y ya supera el promedio de un 26%, cifra que, como señalé anteriormente es el doble en el sector juvenil.
De igual forma, según referencias de Unicef, en 2013 había en Grecia 597 000 niños viviendo por debajo del umbral de la pobreza y de ellos, 322 000 no tenían cubiertas las necesidades nutricionales básicas. A finales de 2014 más de 2,5 millones de personas en esa nación vivían en condiciones de pobreza extrema.
Ante esta situación no existe otra opción para las autoridades griegas que no sea la convocatoria a un referendo, aprobado por el Parlamento este sábado, en el que será el pueblo quien se pronuncie por aceptar o no las nuevas exigencias de las instituciones bancarias internacionales y la Unión Europea.
El referendo se realizará el próximo 5 de julio y la pregunta será “sí” o “no” a las últimas propuestas de los acreedores, explicó Tsipras pasada la medianoche del viernes por televisión.
Los miembros del Eurogrupo rechazaron este sábado extender el actual programa de rescate financiero a Grecia, que expira este martes coincidiendo con el vencimiento de un pago al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Un reporte de BBC Mundo señala que en un discurso difundido por la televisión nacional, Tsipras indicó que se le pidió a su gobierno aceptar medidas de austeridad “insoportables”.
El primer ministro se comprometió a respetar cualquiera que sea la voluntad del pueblo e informó al respecto a la canciller alemana, Angela Merkel; al presidente francés, François Hollande, y al director del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
En este contexto, el ministro de Finanzas de Austria, Hans Joerg Schelling, declaró ante la prensa que una salida de Grecia del euro ahora “parece casi inevitable”.
Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, no cree conveniente que el BCE retire el oxígeno al sistema financiero griego.
Serán las próximas horas y el propio referendo convocado para el día 5 de julio, los momentos que determinen si la incertidumbre en torno a Grecia se atenúa o si, por el contrario, la situación en la nación helénica rompe la débil soga con la que están atados por los países miembros de la Unión Europea.
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