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Esequibo y las ambiciones de EE.UU.

3 de octubre de 2023

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Cuando un conflicto territorial tiene el valor agregado de que sea en una zona rica en recursos minerales, en este caso el petróleo, la situación se acrecienta y, si al mismo se le agrega la injerencia directa o indirecta de factores externos, entonces puede transitar por un camino más espinoso.

Más o menos así sucede con el viejo diferendo por la región del Esequibo, entre Guyana y Venezuela, hoy exacerbado por una campaña prospectiva, sin el consentimiento del gobierno venezolano, y donde entran a jugar un papel predominante las trasnacionales petroleras, principalmente la estadounidense ExxonMobil, que es el principal operador en el proyecto de gas y petróleo bloque Stabroek, el cual se propone extraer más de 750000 barriles diarios en 2025.

El escenario es un territorio de más de 160 000 kilómetros cuadrados, conocido como El Esequibo. Limita por el norte con el océano Atlántico, por el sur con Brasil, por el este con Guyana —siendo su límite el Río Esequibo— y por el oeste con los estados venezolanos de Delta Amacuro y Bolívar.

Ante la apresurada acción extractiva de la ExxonMobil, sin tener en cuenta la moratoria a dichas acciones hasta tanto se resuelva el litigio entre ambos países, el gobierno bolivariano llamó a las autoridades de la nación vecina a sentarse a la mesa de negociaciones para dirimir la controversia territorial, tal y como se establece en el Acuerdo de Ginebra de 1966.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, rechazó la «intromisión insolente de los EE.UU. en el conflicto y acusó a Washington de querer manipular el tema a través de la ExxonMobil y el Comando Sur»

Ya en el 2000, el Servicio Geológico de Estados Unidos había considerado la cuenca petrolera Guyana-Surinam como la segunda con mayor potencial de las hasta entonces no exploradas, con una estimación máxima de hasta 32,4 mil millones de barriles extraíbles, según reportes de RT.

En todo caso, es evidente que los gobiernos estadounidenses han pensado, explorado y planificado la manera de apoderarse, a través de las trasnacionales petroleras, de los grandes yacimientos existentes en varias regiones del planeta, y el caso del Esequibo no es la excepción.

Por eso resulta tan importante que en las lógicas y no lógicas controversias que puedan existir en torno al patrimonio de esa zona, predomine el diálogo y la búsqueda de soluciones en bien de los pueblos. De lo contrario, serán las grandes trasnacionales las que una vez más saldrán ganando, por cuanto son las que, con sus tecnologías y su egoísmo, se beneficiarán, mientras sus patrones, en este caso el gobierno de Estados Unidos, usará el litigio con la mirada puesta en su plan mayor: Venezuela.

Son los pueblos guyanés y venezolano, los encargados de evitar que esto suceda, y lograr que el diálogo y la negociación, sean la bandera que conduzca a la solución.

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