¿Es lo que la gente quiere?
24 de julio de 2014
|Incontable es el espacio de la prensa manipulada por quienes en Estados Unidos u otro centro del capital industrializado mal gobiernan en el mundo, en lo que el sensacionalismo echa a un lado aquello que sí puede informar e ilustrar a las masas de lo que verdaderamente sucede.
Por eso las grandes noticias de los últimos día solo llegan distorsionadas cuando se menciona la situación en Ucrania, la agresión a Siria, el terrorismo de las bandas que tratan de crear un califato probablemente inspirado por la Agencia Central de Inteligencia en parte de los territorios iraquí y sirio, sin contar la intensificación de la crueldad sionista contra el pueblo palestino en Gaza.
La superficialidad informativa apenas menciona los escándalos de fraude que envuelven a personeros del Fondo Monetario Internacional, ni los discursos del presidente norteamericano, Barack Obama, en los que promete mucho y nada puede cumplir; ni las devastadoras inundaciones en las llanuras del Mississippi o de los tornados que cada vez son más frecuentes en varios estados.
Todo lo anterior eran sin duda de interés periodístico y un corte por encima de la habitual obsesión hacia lo puramente excitante y violento.
Empero, todo se allanaría con la inclusión de nuevos personeros en el Fondo, mientras se hace el “caso del perro” a las promesas de Obama, cuyos detractores las convierten en vacías y vagas, con el fin de impedir que el mandatario logre ventajas en las próximas elecciones legislativas;
También resulta incomprensible como se limita el espacio y se da poca importancia a la devastación causada por los violentos patrones climáticos. El desgaste físico y emocional de las decenas de miles de personas cuyas casas, negocios y medios de subsistencia fueron destruidos es incalculable.
No se piensa que si los patrones climáticos actuales se vuelven más una norma que una anomalía, las consecuencias socioeconómicas resultarán a largo plazo, de vasto alcance y desastrosas.
Agricultura, envíos, mariscos, suministro de alimentos y refinamiento de petróleo serán algunas de las bajas previsibles, acompañadas por desplazamientos masivos de población. Pero la reacción en cadena resultante (inflación, escasez, desempleo, etc.) se cobrará muchas otras víctimas, que, en este momento, son imposibles de cuantificar.
Si usted pudiera acceder a algunas de las noticias recientemente difundidas por ABC, CBS, NBC, CNN, Fox, etcétera, pudiera darse cuenta que las informaciones con mayores implicaciones tuvieron menos cobertura.
Así pasa con uno de los diarios considerados de los más “serios” de Estados Unidos, The New York Times. La historia mejor ubicada con la mayor cantidad de fotos, generalmente los domingos, tienen por objeto, obviamente, captar la atención del lector.
Aquí entra en acción lo que denominan la Máquina del Chisme, que revela que el apetito por la suciedad alimenta una industria en crecimiento constante.
Para satisfacerlo, el propio Times dedica unas 4 000 palabras, y hasta más, a una historia basura, imbécil, irrelevante, del más bajo denominador común, de tabloide de supermercado, respecto al crecimiento de la industria de la farándula.
Repartido en varias páginas y presentando hasta una decena de fotos a color superfluas y sinsentido, el Times hizo lo que todos los medios norteamericanos hacen: vender lo sórdido, y justificarlo con el razonamiento: “Es lo que la gente quiere.”
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