Enterrar algo que no existe
5 de abril de 2019
|
Aunque las encuestas favorecen ampliamente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su partido Likud para las elecciones legislativas del próximo 9, la unión de dos agrupaciones centristas con un programa menos reaccionario y ambiguo ante la situación palestina, ha puesto en peligro la continuación del premier en los destinos de la nación.
Tan es así que ha acudido a la figura de Donald Trump para fortalecer su imagen, pancartas con las efigies de ambos llenan los edificios de las ciudades del país, medios a su servicio propagan la ayuda de Trump a Tel Aviv, no sólo por trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, sino por el visto bueno a la anexión sionista del Golán sirio,
En este contexto se encuentra la callada ante la decisión de Netanyahu de permitir la integración legal de un grupo sindicado como terrorista por el propio EE.UU. que sigue la línea criminal y destructiva del fallecido rabino Meir Kahane.
Todo es bueno para Netanyahu y su “asesor” Trump, con el fin de que no se le escape el poder a este buen hijo del imperialismo, que está suicidando a un proceso de paz con los palestinos que, realmente, nunca ha existido.
Todo ante la contemplación cobarde de regímenes artes que se dicen musulmanes y hermanos de los palestinos, lo cual es obnubilizado por las grandes sumas devengadas por el petróleo, el odio a Irán y los estrechos lazos con un Estados Unidos cada vez más guerrerista.
Resulta escandaloso que en el caso de Israel las ambiciones incontenibles del actual primer ministro conduzcan al país a inclinarse cada vez más hacia el bando de los regímenes y sociedades ultranacionalistas y populistas tan en ascenso en el mundo, con el consecuente menosprecio de los valores democráticos y de respeto a los derechos humanos.
No es extraño así que de inmediato un buen número de organizaciones judías dentro y fuera de Israel hayan dejado oír su voz de protesta, sabedoras de la descomposición que esta nueva situación está significando.
No sé si el Likud vencerá en las elecciones legislativas del venidero martes, pero una derrota suya pienso que aliviaría algo una situación cada vez más inestable y que merecerá amplias reflexiones, principalmente s ayudar a abrir un verdadero proceso de paz, porque el que se menciona de vez en cuando, repito, no existe.
Comentarios