Encuentro entre necios
16 de marzo de 2015
|Todo comenzó cuando un colega preguntó a Gerardo, uno de los Cinco Héroes, ¿cómo se imaginaría a Cuba cuando su hija Gema fuera joven?
Gerardo inició entonces lo que pudiera catalogarse como una gran conferencia magistral sobre la prensa y su papel en Cuba, sobre la cual aportarían también sus valiosos criterios, Ramón, Fernando y Antonio.
La pequeña Gema fue la excusa perfecta para romper el hielo y hablar con hombres de carne y hueso, con héroes tan sencillos y humildes como el más modesto de los seres humanos; con personas cultas—muy cultas—, y con los pies en la tierra a la hora de decir lo que piensan y hacer sus “atinados aportes” en la gran batalla por una Cuba mejor.
Fue —lo confieso— un momento único. El Día de la Prensa Cubana cerraba así una jornada que más que de homenajes, fue de reflexión crítica y autocrítica. Era, como lo catalogó una colega periodista que habló en nombre de los que fueron reconocidos por su trabajo de años a favor de la liberación de los Cinco, “un encuentro entre necios”, recordando a Silvio Rodríguez y su canción convertida en una especie de himno de rebeldía y esperanzas.
No pocos de los necios allí presentes, creemos que todas las intervenciones de los Cinco debían utilizarse por quienes elaboran las políticas de prensa en Cuba y quienes la dirigen, como aporte esencial para cambiar lo que haga falta y hacer un periodismo más ágil, transparente y creíble.
Ramón abordó el trabajo de la televisión y expuso sus ideas de cómo transformar cierta programación y hacerla más cubana, menos contaminada por patrones consumistas y donde se puedan exponer cosas que gusten, a la vez que transmitan valores y contribuyan a la educación de nuestro pueblo.
El tema y la manera en que lo abordó Ramón, nos retrotrajo a congresos de años y hasta décadas anteriores, donde no pocas veces los periodistas expusieron crudamente sus inquietudes por la prensa que estábamos haciendo y argumentaron conceptos que ayudarían a hacerla mejor.
Fernando interiorizó en fórmulas que se aplican hoy, que en su opinión deben borrarse de nuestros medios de comunicación si se actúa con inteligencia y no se teme a la crítica, siempre a partir del análisis, de comprobación de hechos y del dominio del periodista a la hora de abordar un tema determinado.
También habló él y otros, sobre la necesidad de abolir la burocracia dañina, a la hora de poder tratar algún tema —por complicado que sea—, detrás del cual se esconden hábitos dañinos como negar información o solo dar la parte de ella que considere el afectado.
Antonio habló varias veces y expuso ideas que pudieran llevarnos a un periodismo como necesita el país y del que todavía hoy carecemos en muchas oportunidades.
Gerardo fue definitorio al asegurar que esta prensa que ha acompañado el proceso revolucionario tiene la gran misión ahora de contribuir a que el pueblo esté bien informado sobre el proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba; y exponer las verdaderas intenciones de los gobiernos norteamericanos que se esconden en los llamados “cambios de política”, cuando el objetivo es el mismo: derrumbar el modelo cubano y convertir a la Isla en una neo colonia de Estados Unidos.
Hubo un momento muy especial en el encuentro entre decenas de periodistas necios con los Cinco Héroes. Fue cuando una colega les preguntó sobre Chávez, cómo habían conocido en las cárceles de Miami la llegada del líder bolivariano a la presidencia; y cómo habían recibido la noticia de su fallecimiento.
Hablaron todos. Se les vio con una carga grande de emoción. Expusieron la forma en que se enteraron, por otros presos, del triunfo de Chávez. Reconocieron el genio y la “luz larga” de Fidel, quien desde el primer momento de su irrupción en la escena pública de Chávez, lo concibió como un líder no solo de Venezuela, sino de toda América y el mundo.
Finalmente dijeron que en los años de prisión siempre tuvieron la aspiración de que si algún día eran liberados y volvían a su Patria, querían darle un abrazo a Fidel y también a Chávez. Al Comandante en Jefe ya le dieron ese abrazo y a Chávez, que está y estará siempre en sus corazones, algún día tendrán la posibilidad de rendirle honores en el Cuartel de la Montaña, en Caracas, donde descansan sus restos.
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