En Colombia: ¡tú mercenario aquí!
11 de julio de 2021
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Colombia, esa tierra de maravillas donde puedes encontrar productos de la mejor calidad y que tiene un amplio espacio en la exportación mundial con el café, las esmeraldas y las flores, presenta mujeres tan bellas como las venezolanas, ambas compartiendo generalmente rótulos como los de Mis Universo.
Pero fuera de esta última banalidad, la mejor promoción de sus malos gobiernos y peores acompañantes residen en los cultivos de coca y la formación castrense de sus soldados y derivados paramilitares, todo bajo el control y ayuda de lo mejor de la asesoría estadounidense en el arte de matar.
Así, junto a la producción y exportación de cocaína, el primero a nivel mundial, con el 90% de su venta en Estados Unidos, descuella la industria de la formación de mercenarios, quienes, por mi ignorancia e inmadurez, llegué a admirarlos a los 12 años, cuando los medios del Imperio destacaban su valiosa contribución a la agresión de Estados Unidos a Corea, el único en Latinoamérica.
Y el tema vuelve a salir a la palestra, cuando se conoce que 26 de los 28 mercenarios que participaron en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, son colombianos; los otros dos, son haitianos “galardonados” con la ciudadanía norteamericana, que les servían de intérpretes.
Muy fácil llegaron a controlar la guardia que debía velar por la vida de Moise en su residencia, donde antes de acribillarlo a balazos, lo torturaron, e hirieron a su esposa, dejándola por muerta.
El hecho ha sido tan notorio y escandaloso, que obligó a las autoridades colombianas a admitir la cuestión, presentando a los criminales como elementos retirados del ejército, entre ellos oficiales, quienes son contratados generalmente por compañías privadas. Esta vez parece que hay nexos con la oligarquía haitiana, que, según declaraciones de la convaleciente viuda de Moise, no quiere que se efectúe un referéndum para cambiar la Constitución.
Que el caso se dilucide o no, lo desconocemos, pero ya el premler interino, Claude Joseph, pidió la intervención militar de Estados Unidos y el apoyo de la Organización de Estados Americanos para “ayudar” a solucionar una situación inestable, hasta que las adecuadas autoridades locales asuman plenamente las ternas del ´poder.
En cuanto a los mercenarios colombianos, recordemos que varios de ellos han integrado bandas de narcotraficantes y participado en acciones armadas contra la vecina República Bolivariana de Venezuela.
Y esto son solo detalles que ilustran una faceta clave de las más de cinco décadas de guerra en Colombia, fuente de una industria de mercenarios que, salidos de los esquemas de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo financiados por Estados Unidos, se han involucrado en distintos conflictos internacionales, debido a su gran habilidad militar y su disposición de cobrar salarios bajos.
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