El rey ladrón
5 de agosto de 2020
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Cierto, quizás me he adelantado, porque aún no está comprobado, pero no hay que dudar que el anterior rey de España, Juan Carlos I, se haya apropiado de unos cien millones de dólares, por contratos con empresas extranjeras, probablemente suizas y sauditas, con participación de algunas de la península.
Tan es así, que el también denominado Rey Emérito tenía abierta una causa judicial al respecto, pero no esperó su resultado y solicitó y obtuvo del actual soberano,su hijo Felipe, el permiso para abandonar la nación en forma de exilio, sin que el gobierno de coalición de Pedro Sánchez conociera la situación. Se cree que viajó a República Dominicana, lo que me recuerda aquella huida de Batista para buscar el manto del dictador Trujillo, quien le robó millones de dólares robados de las arcas cubanas, antes de partir con rumbo a Miami.
Nada asombra en esa España donde Juan Carlos tuvo estrechas relaciones con el franquismo y luego con el derechista Partido Popular, que en sus tiempos de gobierno se caracterizó por desfalcos a tutiplén, que llegaron a provocar el enjuiciamiento de la mayoría de su dirección, de la que salvó el muy astuto Mariano Rajoy.
Desde entonces, el grupo progresista Podemos cuestionó la vigencia del reinado en España, cuestión que hizo latente incluso con su avenencia a gobernar junto a los socialdemócratas del Partido Socialista Obrero Español.
De todas maneras, nada es extraño en la tierra donde Francisco Franco ocasionó tanto odio como genuflexión, porque tuvo muchos seguidores, aún nostálgicos y que luchan a brazo partido para que se mantengan los símbolos de tan oscura época, tan calamitosa como la actual con la pandemia de la COVID-19.
En cuanto a la anterior gobernanza del Partido Popular, ésta empleó la represión contra el pueblo, llevó el desempleo a cifras récords, la caída de inversiones, la emigración hacia otras naciones europeas y, subrayo, una corrupción galopante que envolvió a muchas figuras de los denominados populares.
En cuanto al sufrido pueblo español, aún le cuesta hallar el verdadero camino de la libertad, independientemente de que esta pandemia lo mantenga en ascuas.
Y es que aún a más de 40 años de la desaparición física de Francisco Franco, se dio primero el visto bueno a un Partido Popular que hizo recordar aquellos tiempos de represión, y ahora, con un gobierno al que, con aciertos y desaciertos, se sigue manteniendo la llamada “Dos Españas”.
Para sus partidarios, que incluye a los “populares”, se había ido “el Caudillo”, “el más grande de España”, “el general que evitó que el país cayera en las garras del comunismo y la masonería”; mientras para la otra mitad, la de sus detractores, había muerto finalmente “el tirano”, “el dictador fascista más cruel de Europa”, “el responsable de la muerte, la represión y la diáspora de millones de españoles”, “el general que dos meses antes de morir firmó sus cinco últimas ejecuciones sumarias”.
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