El porqué de los fracasos…
24 de octubre de 2023
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Lo racional fuera que el Consejo de Seguridad de la ONU, ese ente ideado para garantizar la paz en el mundo, y que se ha convertido en instrumento para justificar las guerras, las sanciones y la injerencia, hubiese, al menos, acordado exigir un cese al fuego entre Israel y Hamas.
Pero no fue así. Otra bofetada para la comunidad internacional ávida de paz, con el mismo protagonista, el gobierno de Estados Unidos que ha vetado todo intento de al menos hacer una pausa en tan letal conflicto.
Un proyecto de Resolución propuesto por Rusia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, no obtuvo aprobación, al recibir el voto negativo de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Japón.
Para ser aceptado necesitaba al menos 9 votos a favor y que tanto Estados Unidos como Francia y Gran Bretaña no lo vetaran.
El representante ruso en la ONU, Vasili Nebenzia, advirtió que el Consejo de Seguridad «otra vez se convirtió en un rehén de las aspiraciones de los países occidentales».
Paralelo a este bochornoso escenario en plena ONU, el presidente Jose Biden solicitó al Congreso la cifra récord de 75 000 millones de dólares para abastecer de armas tanto a Israel como a Ucrania. Dos guerras alimentadas y sostenidas por Washington y sus aliados que la han convertido en un verdadero negocio para el Complejo Militar estadounidense.
Otro reciente fracaso constituyó la Cumbre recién celebrada en el Cairo, Egipto, con la asistencia de varios jefes de Estado y delegaciones de 34 países, que no pudieron alcanzar un consenso siquiera para pedir un cese al fuego entre israelíes y palestinos.
Pese a los llamados de los líderes árabes a frenar los bombardeos sionistas sobre la Franja de Gaza y las declaraciones europeas sobre la necesidad de proteger a la población civil, ni Israel ni Estados Unidos prestaron atención, por lo que no se llegó a ningún acuerdo.
No ha sido posible concertar solución alguna para el conflicto en Oriente Medio. Las discrepancias en las posiciones respecto al enfrentamiento entre Israel y Hamas impidieron que la Cumbre por la Paz auspiciada por Egipto, tradicional mediador entre ambas partes, acabara con una declaración conjunta, ni siquiera sobre la ayuda humanitaria, señala un reporte de Sputnik.
En Occidente son muy pocas las voces que condenan la actitud del Gobierno de Benjamin Netanyahu. Tras varios días, los líderes de la UE, que fijaron su posición respecto al conflicto el pasado domingo, evitaron calificar el comportamiento de Israel y se limitan a apelar a su derecho a la autodefensa en el marco del derecho internacional.
En su plan de acabar con Gaza, las Fuerzas Armadas de Israel han lanzado municiones equivalentes a un cuarto de bomba nuclear. Según un informe, Israel mata cada hora a unos 14 palestinos en sus ataques contra Gaza. Además, el ente observador de los derechos humanos agregó que los bombardeos israelíes han destruido al menos 2 650 viviendas y causado graves daños a unas 70 000 unidades residenciales. Al mismo tiempo, quedaron destruidas al menos 71 escuelas, 145 instalaciones industriales, 61 sedes de medios de comunicación y 18 mezquitas.
En todo caso, al buscar el porqué de los fracasos en todos los intentos por detener la guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamas, hay que señalar, sin temor a equivocarnos, que es el gobierno de Estados Unidos y su presidente Joe Biden en particular, los únicos responsables de que no asome la menor posibilidad de un cese al fuego y una paz duradera en esta peligrosa escalada del conflicto israelo-palestino.
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