ribbon

El nuevo partido político colombiano

6 de septiembre de 2017

|

 

El escenario político colombiano experimenta un vuelco trascendental con el lanzamiento del nuevo partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) como continuadora de las legendarias FARC-EP, que dando cumplimiento a los Acuerdos de Paz suscrito con el gobierno abandonan los métodos de la lucha armada utilizados a lo largo de seis décadas para acogerse a la vía pacífica, los debates legislativos y los procedimientos electorales en una nueva etapa.

El sector de la oligarquía colombiana que tiene como cabeza visible al presidente Juan Manuel Santos logró imponer –al menos aparentemente–, a los elementos más agresivos e intransigentes de esa misma oligarquía voraz el programa de paz negociado con la insurgencia en La Habana durante cuatro años, donde el gobierno se vio obligado también a repliegues y concesiones que hicieran posible los citados acuerdos, amenazados más de una vez con llegar a un callejón sin salida, superados siempre con sabiduría y habilidad.

Aunque largo y difícil el camino que le queda por recorrer a la paz colombiana para su consolidación y solidez, entre tantos peligros que aún la acechan, es evidente que lo avanzado se muestra como un logro no solo de las partes negociantes sino también de los países que han acompañado el proceso desde sus inicios.

A pesar de la gran guerra mediática que se le hace por parte de la apabullante prensa colombiana al servicio de la oligarquía y la embajada de Estados Unidos, las FARC han acumulado un nada despreciable aval de prestigio, seriedad y buena voluntad en la medida en que han dado cumplimiento rigurosamente a todos los compromisos adquiridos, aún ante riesgos y peligros.

Esa es una realidad innegable que la sociedad colombiana ha percibido y muchos sectores nada simpatizantes con la insurgencia no han tenido a menos señalar, pues fue un elemento descollante en toda la negociación y hasta hoy.

Como señalamos, la actuación de las FARC dentro del nuevo cuadro político va a ir acompañada seguramente por acontecimientos y pronunciamientos que añaden  un verdadero soplo de aire fresco y podrá ser complementada con los eventuales acuerdos que logre suscribir el gobierno con el ELN, la otra fuerza guerrillera aun en conversaciones.

Nuevas perspectivas pudieran abrirse para el futuro de Colombia a partir de este momento histórico. La aparición del partido político de las FARC representa también un desafío para la unidad de todas las fuerzas progresistas, para la ampliación y una mayor organización de su base de apoyo popular.

Comentarios