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El nada creíble Caso Skripal

24 de abril de 2018

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Luego de lograr más condenas y sanciones a Rusia, el Imperio ha ido abandonando el ato tono empleado sobre la fábula montada inicialmente en un parque de la ciudad inglesa de Salisbury, basada en el supuesto envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, que, según la premier británica, Theresa May, fue ordenado expresamente por el presidente Vladimir Putin.

La acusación sin basamento alguno se produjo poco antes de los comicios presidenciales rusos, y fue aún un acicate mayor para demostrar la unidad de la nación con Putin, quien de un pronóstico de un 70% a su favor en las encuestas, logró cerca del 77%.

La maldad imperial utilizó como su punta de lanza a May, quien enseguida recibió el apoyo de los presidentes de Estados Unidos y Francia. Todos, junto a una veintena de países, principalmente integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se dieron a la tarea de expulsar a un centenar y medio de diplomáticos, carrera en la que sobresalió Trump, con el cierre del consulado de Moscú en la ciudad norteamericana de Seattle.

Este es un tema ya ampliamente divulgado que incluso comentamos en su momento en este portal, pero lo que más llama la atención es que los dos envenados han sido hechos desaparecer por la inteligencia británica, bajo el pretexto de protegerlos de un atentado moscovita.

La acción, además de ser un peligro para los Skripal, porque pudieran ser asesinados para evitar declaraciones comprometedoras, es el completamiento de una segura burla incoada en el hospital donde ingresaron.

Y es que es un enigma el procedimiento médico seguido, pasando de peligro mortal a recuperación de Yulia y mejoría estable de su padre. Eso no ocurre cuando un agente neurotóxico ha sido aplicado, pues el veneno utilizado, sea cualquiera de los dos posibles, genera muerte rápida y no hay antídoto que resista… a no ser que quien lo administra lo produzca y sepa que será utilizado en determinada ocasión ya prevista.

Lo único cierto es que ha existido una operación internacional organizada desde agencias de desinformación, con el fin de manipular a la opinión pública mundial, sin aportar evidencia y basada en una doctrina de odio, epítetos, de falencias científicas, sin constatación alguna excepto por fe y creencia, logrando crear un estereotipo que afecta a la nación rusa.

Aprovechando el control de los medios, no han explicado a la opinión pública las exigencias del gobierno agredido, ni expuesto sinceramente que no poseen las supuestas pruebas exhibidas verbalmente y que fueron causa de tan grave suceso planetario.

De lo anterior surgen las interrogantes del porqué se acusó a Rusia sin ninguna prueba, a qué se debe que no hayan entregado ninguna evidencia material del antídoto-muestra y cómo lograron salvar a los Skripal, lo cual refuerza la idea de un autoatentado.

Al demostrar que la lógica y argumentación racional, no se ha aplicado en esta situación, debido a que se ha culpado sin tener ninguna evidencia mínima para acusar, Theresa May demostró su incompetencia y los riesgos en que puso al mundo.

Al respecto, el gobierno ruso indicó que la irresponsabilidad de May y la adhesión rápida de sus principales apoyos adscritos al Imperio, debería causar la renuncia de la Premier, pero esto es una cuestión que dudo, porque los medios utilizados por los enemigos de los pueblos es el de sembrar mentiras, incertidumbres y tergiversaciones, sin aceptar equivocaciones, y mucho menos explicarlas, a no ser que deje alguna falacia sembrada.

Como de costumbre, en el Consejo de Seguridad de la ONU se elude pronunciarse directamente sobre este supuesto envenenamiento, en tanto los Skripal están plenamente repuestos, hasta han engordado aún más en el curso de los días de recuperación, pero no se pueden ubicar ahora, porque se hallan desaparecidos, bajo el “manto protector” de la seguridad británica.

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