El mundo entero es nuestro patio trasero
20 de mayo de 2013
|Bien pudiera exclamar otra vez el secretario de Estado estadounidense John Kerry la frase a la que, de manera tan lamentable, acudiera recientemente para referirse a América Latina y el Caribe a la usanza de la más rancia tradición imperial: nuestro “patio trasero”
En este caso, sin embargo, podría ensancharlo hasta abarcar al mundo entero, -hasta los “más de 60 oscuros rincones del mundo” de los cuales hablara el genocida W. Bush hijo,- pues informaciones recientes que lograron aparecer en algunos medios de prensa internacionales afirman que en estos momentos Estados Unidos participa de diferentes formas, directa o indirectamente, en 74 países del mundo donde actúa militarmente para favorecer o proteger sus intereses como potencia imperial.
La fuente primaria de tal aseveración ha partido desde Canadá, un país aliado por excelencia de Washington, desde el prestigioso sitio Web alternativo Global Research, que ya en otras ocasiones ha expuesto extraordinarias e interesantes investigaciones periodísticas que se salen de lo común y llaman la atención por su elevado profesionalismo.
Esta vez Global Research muestra un estudio detallado de la presencia militar estadounidense en naciones de los cinco continentes, ya sea mediante bases aeronavales desde largo tiempo establecidas, puntos de avanzada que le permiten facilidades a su fuerza aérea, centros de comunicaciones, puntos de abastecimiento y reabastecimiento y misiones militares de diferente naturaleza para el adiestramiento de ejércitos locales.
En estos momentos, por ejemplo las fuerzas estadounidenses están realizando dos maniobras de gran envergadura simultáneamente; una frente a las costas de la península coreana y no lejos de China, -de conjunto con Corea del Sur,- y otra en el Golfo Pérsico, frente y no lejos del territorio iraní, en unión de aliados europeos que actúan bajo el paraguas de la OTAN.
Téngase en cuenta que todo esto se desarrolla a muchos miles de millas de distancia del territorio continental de la nación imperial estadounidense, convirtiendo al mundo en un gran teatro de operaciones militares en defensa de lo que considera su seguridad nacional. No es difícil concluir que su “patio trasero” es ya el mundo entero, donde sus gendarmes y “contratistas” hacen acto de presencia armada como punto de lanza y garantes de los intereses de Estados Unidos y del sistema capitalista transnacional en general. Las evidencias están a la vista.
Global Research apunta que esta presencia se ha incrementado durante la Administración Obama y que en estos momentos hay fuerzas yanquis de operaciones especiales en 60 países, donde cumplen tareas encubiertas bajo supuestas acciones de lucha contra el narcotráfico, un pretexto frecuentemente utilizado a partir de que Washington lanzan su particular “cruzada contra el terrorismo” y que combina alternativamente ambos, según su conveniencia.
La propia población norteamericana no se salva tras sus fronteras de esta militarización enloquecedora en la que se adentra el Imperio, -para satisfacción y júbilo del complejo militar-industrial,- y recientemente se ha divulgado una insólita autorización de la Casa Blanca para el empleo de aeronaves teledirigidas, (los conocidos drones) que pudieran llegar a realizar ejecuciones extrajudiciales de ciudadanos estadounidenses dentro de las fronteras nacionales si son considerados “sospechosos de terrorismo”.
De todos modos, no olvidar que el presidente actual de ese país ostenta el Premio Nobel de la Paz.
Comentarios