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El misterioso caso de James Comey

23 de mayo de 2017

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Indudablemente, Estados Unidos ha sido un país donde varios acontecimientos extraordinarios que allí han tenido lugar a lo largo de su historia nunca han quedado definitivamente esclarecidos, ni en sus posibles causas ni en sus eventuales autores, sean intelectuales o materiales.

Dos ejemplos relevantes de ello son el asesinato del presidente John F. Kennedy y el atentado terrorista contra las torres gemelas de Nueva York. En ambos casos aún se discuten las más diversas teorías, echando por tierra las versiones oficiales que, en su momento se dieron a conocer.

El despido intempestivo del jefe del poderoso Buró Federal de Investigaciones (FBI) por parte del actual presidente Donald Trump, parece que caerá también en la categoría de misterios no aclarados con el paso de los años.

Realizado de forma sorpresiva, aunque no sin antecedente que se remontan a la campaña electoral, la remoción sin contemplaciones del importante funcionario –a cargo de una de las más decisivas e influyentes agencias federales–, originó numerosas y contradictorias conjeturas, algunas de ellas manifestadas por voceros oficiales que manifestaron una evidente torpeza en el manejo del tema ante los periodistas.

Nunca se supo, hasta el momento, si fue una decisión personal del presidente –como Trump dijo a la NBC–, o fue una recomendación de los jefes del Departamento de Justicia, como afirmaron los voceros, ni tampoco las razones que condujeron a ello.

De todos modos, los principales medios de prensa del país, confrontados con el presidente desde la campaña electoral, no perdieron tiempo para poner de relieve todas esas contradicciones, elevar el tono contra la Casa Blanca y resucitar el viejo tema de las supuestas relaciones con Rusia por parte de Trump y algunos de sus principales colaboradores.

No olvidemos que James Comey es en sí mismo un personaje polémico y que, apartándose de la tradicional discreción policial, incursionó públicamente durante la reciente campaña electoral en los temas relacionados con la presunta irresponsabilidad de Hilary Clinton en el manejo de información clasificada desde su computadora personal.

En aquel momento, todo indicaba –y así lo reflejó la prensa– que estaba favoreciendo al candidato Trump pocos días antes de efectuarse el reñido acto electoral. Al menos, esa fue la impresión que quedó tras la sorpresiva victoria del rival de Hilary al que, como se recuerda, pocas encuestas daban con posibilidades de ganador.

Lo cierto es que el misterioso caso de James Comey ha complicado aún más las agrias relaciones del mandatario y su equipo con la llamada “gran prensa” estadounidense que busca descargar todo su poder contra los actuales gobernantes, llegando a afirmaciones insólitas sin precedentes como la de Washington Post, señalando que Trump había entregado “información clasificada” al canciller Lavrov.

La repercusión en el Congreso ha sido inmediata y ya varios legisladores hablan de la posibilidad de solicitar un juicio político al presidente y otros reclaman a la Casa Blanca la publicación de los textos completos de esas conversaciones.

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