El juicio político y sus peligros
4 de diciembre de 2019
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El juicio político (impeachment) al que con gran probabilidad será sometido el presidente estadounidense Donald Trump, una vez concluidas las formalidades y la votación que finalmente tendrá que hacer el pleno de la Cámara de Representantes antes de que el proceso pase al Senado para su examen conclusivo, no solo impacta ya los desarrollos internos dentro del país imperial sino que se proyecta sobre los ámbitos de la política exterior y las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo.
A medida que avanza este proceso y se hacen más evidentes los delitos cometidos por el arrogante y excéntrico mandatario, expuestos por los diversos testigos en las comisiones parlamentarias, se acrecentan sus actitudes desafiantes, irracionales e irresponsables como fruto de la profunda preocupación e inquietud que le corroe ante la sola perspectiva de tener que comparecer como acusado en la Cámara Alta, independientemente de los resultados que puedan derivarse de las graves acusaciones.
Tal situación, por tanto, va convirtiéndose en un peligro para toda la humanidad, que observa preocupada y conmocionada las brutales proclamaciones del Imperio y sus actuaciones desmedidas que han hecho trizas las normas vigentes y aceptadas universalmente del derecho internacional, el respeto y la convivencia entre las naciones.
No es difícil percibir que la Administración Trump busca implantar una verdadera “ley de la selva” en las relaciones internacionales, donde prevalezcan los más fuertes y los más débiles sean dominados o aplastados.
Quién haya escuchado los más recientes exabruptos de Trump o Pompeo, -sin olvidar a Bolton.- no puede llegar a otra conclusión que no sea esa, agravada hoy por la inminencia del posible juicio político y la cercanía de las elecciones en que el actual presidente pretende reelegirse.
Ambas coyunturas aumentan ostensiblemente los peligros para el resto de la humanidad, que ha sido ya lo suficientemente agredida y desestabilizada por el Imperio, añadiendo lógicas preocupaciones ante posibles reacciones de carácter brutal y resonancias imprevisibles.
El nerviosismo reinante en la Casa Blanca, que se expresa en las constantes renuncias de funcionarios de esa instancia, es un escenario preocupante que llama al mundo entero a mantenerlo bajo observación y alerta.
La celebración del juicio político contra Trump –sean cuales fueren sus resultados– será siempre un acontecimiento del que se derivarán consecuencias, teniendo en cuenta las características del acusado.
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