El fin de año…
26 de diciembre de 2022
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El Papa Francisco nos ha dejado un mensaje con motivo del año que termina, del que quiero utilizar aunque sea un párrafo, porque exponer su contenido puede resultar una necesaria advertencia en momentos en que el mundo se debate entre existir o dejar de hacerlo.
La «existencia de una humanidad insaciable de dinero, poder y placer que devora a los más débiles y causa las guerras» fue denunciada por el Sumo Pontífice durante la homilía de la misa del gallo, en la basílica de San Pedro.
Y, precisamente cuando este mensaje se hacía por el Papa en el Vaticano, en Washington, el presidente Joe Biden firmaba el mayor presupuesto de guerra de ese país, llegando a la suma récord de 858 000 millones de dólares, para el año 2023, un 10% mayor que el del año anterior.
Mostrando el poco interés de Estados Unidos en que la guerra en Ucrania concluya, se prevé el aumento en 50 millones para el envío de armas a ese país, y se asigna un total de 800 millones de dólares adicionales para respaldar sectores de la seguridad e inteligencia del ejército ucraniano.
Además, el presupuesto de guerra firmado por Joe Bisden, contempla la astronómica cifra de 10 000 millones de dólares para ayuda militar a Taiwán en claro desafío a China, que constitucionalmente considera esa isla como parte legítima e inseparable de su territorio.
Ambas asignaciones en el presupuesto militar estadounidense, tanto la que se garantizará a Ucrania como la de Taiwán, constituyen claros desafíos contra Rusia y China, y por añadidura afectan a todo el planeta.
Pero el fin de año nos está dejando mucho más y solo me referiré a algunos de los hechos más reflejados por la prensa internacional.
Un titular de Hispantv, refiere que «Tristeza y nostalgia: realidad de los migrantes en EE.UU. durante los festejos navideños».
En otro portal de prensa se escribe sobre «la oleada de huelgas en el Reino Unido y en Francia, las que han alcanzado su punto más álgido en esta semana de fin de año, y en muchos casos han truncado las fiestas navideñas.
Se ejemplifica desde Londres que «tras el drástico aumento del coste de la vida, los empleados de las ambulancias, los carteros, los funcionarios ferroviarios y los agentes de fronteras en los aeropuertos se han declarado en huelga, y no está claro cuánto tiempo durarán las mismas».
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