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El entorno y la verdad

11 de enero de 2019

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Complejo el panorama mundial, y no menos el escenario político de América Latina, de países que viven una arremetida de la mentira mediática y las amenazas de entes foráneos encaprichados en revertir procesos populares o de izquierda.

Así llegó a asumir su nuevo mandato Nicolás Maduro, como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Para los sectores más recalcitrantes de la derecha venezolana y de gobiernos pro norteamericanos de la región, la nueva investidura de Maduro no debió ser y para ello han contado con el andamiaje mediático más virulento, la compañía de una desprestigiada OEA, las resoluciones y llamados del denominado Grupo de Lima, ilegal, inconstitucional y en su mayoría formado por gobiernos no democráticos y que avivan intentos intervencionistas sobre el territorio de esa nación soberana y libre.

Estados Unidos, con sus personeros John Bolton y Mike Pompeo a la cabeza, se las ha gastado todas y ambos funcionarios han visitado países de la región, más que pidiendo exigiendo no reconocer a Maduro y apoyar cualquier medida que se adopte contra ese país.

Coincidiendo con la celebración en Caracas donde Maduro prestó juramento ante su pueblo y en presencia de representantes de 94 naciones, la OEA aprobaba una resolución que no reconoce a Maduro, exige nuevas elecciones y llama a los países miembros de ese engendro anti latinoamericano a adoptar “medidas diplomáticas, políticas, económicas y financieras” contra Venezuela.

A la cabeza de quienes levantaron la mano para aprobar el documento estaban, como era de esperar, los representantes de los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Canadá y Estados Unidos.

En Washington, el secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró en un comunicado que su país “continuará usando todo el peso del poder económico y diplomático de Estados Unidos” contra el gobierno bolivariano.

Ante tanta prepotencia y arrogancia, el Presidente venezolano, luego de su toma de posesión en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), expresó: “No podemos dejar que una derecha extrema destruya lo que se estaba construyendo. Propongo una cumbre de presidentes latinoamericanos y caribeños para abordar esta situación, con base al diálogo y a la diplomacia de paz”.

En relación con el llamado Grupo de Lima, el mandatario bolivariano dijo que “este grupo de gobiernos de derecha pretende darnos órdenes de qué debe hacerse dentro de Venezuela; qué debe hacer el presidente legítimo; qué debe hacer el TSJ; qué debe hacer el Parlamento y qué deben hacer los venezolanos”, tras aclarar que su país no está colonizado por nadie.

Luego añadió que “EEUU usa la OEA para forzar la intervención” en el país bolivariano.

En ese entorno donde la verdad y la mentira se entrecruzan como flechas en un combate, corresponde a los pueblos latinoamericanos y caribeños, exigir y luchar para que se imponga la realidad y se respete la elección democrática de los venezolanos que votaron en un 68% por Nicolás Maduro como presidente por otros seis años.

¡Cuán lejos están los votos obtenidos por Sebastián Piñera en Chile, Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina o Iván Duque en Colombia, que con sus cabezas conspiradoras alineadas a lo que digan desde Washington, capitanean la mentirosa maniobra para desconocer a un Presidente y a un gobierno libre, soberano, independiente…

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