El dinero, siempre el dinero
2 de diciembre de 2021
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El Pentágono está encontrando algunos tropiezos para elevar su ya enorme presupuesto anual de guerra a más de 770 000 millones de dólares -sin contar los extras de “caja chica”-, y para ello los medios de comunicación a su servicio elevan la fanfarria de guerra contra Rusia, alegando falsas pretensiones de atacar a Ucrania y, principalmente, estrechar el cerco a China, también escudándose en la mentira.
Ahora, tras el anuncio de que dará cierto poder nuclear a Canberra, con la construcción de submarinos, da a conocer este 30 de noviembre que construirá bases en Guam y Australia para hacer frente a lo que llamó desafío de China.
Trump ya tenía la gorra de guerrerista y, al parecer, Biden no quiere quedarse atrás, por lo cual aprobó hace unos días las conclusiones y recomendaciones del secretario de Defensa, Lloyd Austin, sobre la revisión de la postura global de EE.UU., en la que la región del Indo-Pacífico fue uno de los principales focos de atención, debido a que el susodicho hizo hincapié en que “China es el reto que marca el paso” del Departamento.
De ahí que el gobierno de Biden ha convertido la lucha contra China su principal prioridad en política exterior, a medida que han aumentado las tensiones con Beijing, especialmente por la cuestión de Taiwán –isla china a la que Washington arma con entusiasmo-, y altos funcionarios del Pentágono han expresado públicamente su alarma por los esfuerzos de Beijing para mejorar y modernizar su ejército. El mes pasado, Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que China había probado con éxito un misil hipersónico.
Todo un buen pretexto para mejorar “la infraestructura en Guam y Australia”, y priorizar “la construcción militar en las islas del Pacífico”, así como “buscar un mayor acceso regional para las actividades de asociación militar”.
“En Australia, se verán nuevos despliegues de aviones de combate y bombarderos de rotación, se verá el entrenamiento de las fuerzas terrestres y el aumento de la cooperación logística, y más ampliamente en todo el Indo-Pacífico, se verá una serie de mejoras en la infraestructura, en Guam, la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte y Australia”, dijo una vocera del departamento bélico.
La revisión de la postura global también ordena al Departamento que se centre más en la región del Indo-Pacífico “reduciendo” el número de tropas y equipos en otras zonas del mundo, “para permitir una mejor preparación para la guerra y un aumento de las actividades” en esa zona.
ECHANDO LEÑA AL FUEGO
Todo coadyuva a ello, porque las proimperialistas autoridades taiwanesas, para echar más leña al fuego, dicen que la amenaza de China aumenta ‘todos los días’ y confirman la presencia de entrenadores militares estadounidenses en la isla.
Días antes de los bélicos anuncios, el 26 de noviembre, el intelectual norteamericano Noam Chomsky criticó la política agresiva hacia China de Biden, desestimando el discurso de Washington que presenta a Beijing como una amenaza, y urgió a Estados Unidos a dejar de lanzar las mismas provocaciones hacia China que durante décadas han sido usadas por las administraciones estadounidenses.
En un comentario publicado por Democracy Now!, Chomsky dijo que Biden sólo se ha ocupado de eliminar los más “salvajemente gratuitos” elementos de las políticas de su antecesor, Donald Trump, pero acusó al actual presidente de continuar una peligrosa confrontación política contra China.
“Existe un discurso constante en que se habla de China como una amenaza. Se puede leer incluso en los medios más sobrios y razonables lo terrible que es la amenaza china, la cual se debe contener y limitar lo más pronto posible”, dijo el lingüista.
Detrás de ello está la ya mencionada elevación del presupuesto militar, no importa que se camine al borde de una guerra de consecuencias catastróficas.
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