El difícil camino a la paz: un testimonio
23 de septiembre de 2013
Por: Enrique Román
La pausa en la anunciada agresión de Estados Unidos contra Siria amenaza con confundirse con la paz para Siria. Lamentablemente, lo que se ha abortado con la oportuna iniciativa rusa es el ataque de una lluvia de misiles estadounidenses sobre el país mesoriental.
La guerra continúa, y las presiones de los países occidentales y sus aliados regionales continuarán sobre la cabeza de la actual administración, intentando llevar a Estados Unidos a un mayor compromiso militar.
Así lo sienten quienes están a orillas de la contienda. De una destacada activista libanesa, Wafica Mehdi, obtuvimos la visión directa de quienes llevan meses esperando, de un momento a otro, verse involucrados directamente en los acontecimientos.
“La situación de siria es bastante complicada y difícil, debido a la situación interna de hoy en día”, nos refirió. “Al inicio fueron solamente protestas populares, que tenían una base de razón, enfrentados al gobierno. Hoy por hoy el escenario sirio es el del gobierno enfrentado a grupos terroristas, que fueron inyectados en este país por los enemigos de ese gobierno del partido Baath.”
El amplio abanico de esos enemigos es descrito por la amiga libanesa:
“Han hecho de esta guerra una contienda universal, porque no quedó país occidental ni representantes de la reacción árabe oscurantista y extremista, acompañados de una gran campaña en los medios, que no se sumara a la lucha antisiria. No podemos entender cómo estas monarquías son tan amigas de Estados Unidos, al mismo tiempo que este país dice luchar por la democracia y los derechos humanos.”
La amenaza inminente de agresión norteamericana parece haberse conjurado. ¿Confía usted en la permanencia de la situación creada a partir de la iniciativa rusa sobre las armas químicas?
“No se ha eliminado, porque con este imperialismo hemos aprendido a no confiar jamás y a esperar de sus personeros cualquier zarpazo cobarde e imprevisto. En el Líbano pensamos que las grandes potencias no van a estar con los brazos cruzados, no por amor al pueblo sirio, sino por defender sus propios intereses. Lo que sucederá en lo adelante es hoy un tema polémico a nivel internacional, incluyendo entre las potencias comprometidas en el conflicto sirio, a nivel internacional y regional, incluyendo a Irán e Israel. Y, no lo olvidemos, a la Resistencia libanesa, que considera a Siria como su retaguardia.”
La Resistencia libanesa no se puede circunscribir a una sola organización. De hecho, bajo ese concepto se agruparon durante los más de veinte años de ocupación israelí de una parte del territorio libanés y de otras incursiones, combatientes pertenecientes a diversas organizaciones patrióticas. Hoy la encabeza el llamado Partido de Dios, Hezbollah.
“Si se pierde Siria no queda espacio para la logística de la Resistencia. ¿De dónde vendrían los suministros de todo tipo?, ¿del aire?, si tenemos el mar delante, Siria detrás y al norte, y por el sur a Israel? Al pueblo libanés no le quedaría más remedio que luchar. Por eso la Resistencia tomó la decisión de ir a defenderse allá, al propio territorio sirio, antes de que el fuego llegue a nuestras fronteras, y tomó parte en combates contra los terroristas y junto al ejército constitucional de Siria.”
¿Qué consecuencias podría tener la agresión externa directa contra Siria? ¿Cuál, piensan ustedes, que observan la situación de cerca, que pudiera ser la reacción de Hezbollah?
“El silencio de la Resistencia está preocupando mucho a Israel y a Occidente. Todos se preguntan cuál sería la posición de Hezbollah. Hezbollah, hasta el momento, no se ha pronunciado, Y este silencio pienso que los tiene aterrados, porque ellos saben bien que si es un golpe limitado y Hezbollah no siente que ese lobo se le esté acercando demasiado, pudiera no empeorar más la situación y asimilaría ese golpe limitado. Aunque seguiría colaborando en la eliminación de los terroristas y fortaleciendo al gobierno sirio.
“Pero si la acción militar norteamericana va más lejos, todos los observadores en mi país consideran que por cada cohete que caiga en Siria, podría salir uno hacia Tel-Aviv y otras ciudades de Israel.”
El pueblo libanés ha sufrido durante décadas los embates, en su propio territorio, de otros conflictos ajenos, que lo convierten en una caja de resonancia regional. La entrevistada, respondiendo al sentimiento creado por esta dura historia, afirma:
“Nosotros amamos la paz, queremos vivir en paz y tranquilos; estos enemigos llevan a los pueblos de la región a sentir más rencor, a actuar de manera más dura.
“Pero le garantizo que una escalada en la guerra traería el caos, porque si no provoca una guerra mundial, si provocará una guerra regional, se lo aseguro, categóricamente. Siria marca hoy la línea avanzada para Rusia, para China, para Irán y para Hezbollah. Los combatientes sirios y sus amigos, pienso, están bien armados, tienen preparación, tratan de disuadir al enemigo, diciéndoles ojo, cuidado, no va a ser un paseo. Vamos a ver si los hacen llegar a esa conclusión y nos podemos quitar de en medio este fantasma y esta locura que sería la escalada norteamericana de la guerra.”
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