El abrazo entre dos gigantes
17 de diciembre de 2018
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No son pocos los acontecimientos heroicos, gloriosos e inolvidables que jalonan la historia de América Latina y el Caribe, no solo por su ocurrencia en sí misma sino por las secuelas y consecuencias que dejaron y aún se proyectan con fuerza sobre el devenir del continente.
Varios de ellos han convergido en la lucha contra el enemigo histórico de nuestras tierras –el imperialismo norteamericano– y mantienen plena vigencia, formando parte de manera consecuente de esas jornadas por la segunda independencia de nuestros pueblos, del Bravo a la Patagonia.
En ese contexto, tuvo lugar la visita histórica del líder venezolano Hugo Rafael Chávez Frías a Cuba el 14 de diciembre de 1994, cuando fue recibido personalmente por Fidel Castro en el aeropuerto de La Habana. Fue el abrazo entre dos gigantes, que dio inicio –sin que muchos entonces se dieran cuenta– a una nueva era para Nuestra América.
Con la posterior llegada de Chávez, cinco años después, a la presidencia de Venezuela comenzó la Revolución Bolivariana que el líder venezolano había anunciado durante su campaña electoral y el pueblo respaldó masivamente, defendió y defiende desde entonces.
Nació así una relación de solidaridad, cooperación y ayuda mutua con el Convenio Integral entre Cuba y Venezuela, que posteriormente se amplió mediante la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) a otros países latinoamericanos y caribeños, que hoy la integran y se benefician de sus ventajas materiales, colaboración recíproca y defensa de la soberanía.
En el ALBA-TCP no hay hegemonías ni dominación. No hay países líderes y servidores: todos son iguales en independencia, dignidad, deberes y derechos. Como ya se ha dicho, es una alianza de nuevo tipo en América cuya utilidad para todos sus integrantes ha quedado demostrado por la vida y por los hechos.
La alianza energética PETROCARIBE, por ejemplo, ha sido un entendimiento generoso y sin precedentes, que le ha acompañado desde su creación, desafiando intrigas, mentiras y conspiraciones.
Los diferentes gobiernos imperialistas que han pasado por Washington desde la creación del ALBA-TCP han hecho todo lo posible por anularlo y destruirlo, ya sea promoviendo agresiones contra sus integrantaes, amenazando a unos y comprando a otros. La alianza, sin embargo ha resistido, se consolida y se dispone a cumplir 15 años en 2019.
Sorprendido una vez más, tal como lo sorprendió la aparición de líderes como Fidel Castro y Hugo Chávez, y obstinado en su prepotencia y odio visceral a todo el que lo desobedezca, el imperialismo norteamericano ha fracasado bochornosamente en sus planes contra el ALBA-TCP.
No obstante, sus integrantes no pueden confiarse. John Bolton ha ladrado contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, tras de sus componentes, condenándolos a las iras del Imperio.
El histórico abrazo entre Fidel y Chávez se estrecha a toda el ALBA-TCP y hoy se hace más necesario que nunca antes, como símbolo de unidad.
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