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Ejército non grato

20 de noviembre de 2017

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En las últimas semanas las noticias procedentes de Siria son alentadoras, luego de meses de destrucción y muerte provocadas por los terroristas y quienes los apoyaron y apoyan.

Gracias a la aviación rusa y otros aliados, las Fuerzas Armadas de Siria han reconquistado las ciudades que ocupaban los integrantes del llamado Estado Islámico.

La situación de los últimos días se vuelve compleja, en especial por nuevas acciones de los Estados Unidos. Por una parte el gobierno sirio denuncia la presencia de militares estadounidenses en su territorio sin autorización, lo que viola la soberanía nacional.

En documento dado a conocer en Damasco, el gobierno sirio critica al secretario de Defensa de los Estados Unidos, James Mattis, quien aseguró que la llamada coalición que lidera su país no abandonará Siria hasta que se “establezcan las condiciones de las conversaciones sobre el fin del conflicto”.

El Ministerio sirio de Exteriores rechazó categóricamente los esfuerzos estadounidenses por justificar su presencia en su territorio, lo que solo prolongará y complicará la crisis.

Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov rechazó las declaraciones de Mattis porque, dijo, “ha considerado que lo correcto, según EEUU, es un cambio de régimen, lo que contraviene los acuerdos de Ginebra”.

A pesar de las mentiras utilizadas, la llamada coalición de Occidente no ha recibido permiso de Damasco ni de la ONU para operar en suelo sirio. Siria ha denunciado reiteradamente que los militares estadounidenses  han entorpecido e impedido la lucha antiterrorista, apoyan a los terroristas y por su culpa han muerto muchos civiles.

Dada la confusión creada por las declaraciones de Washington y difundidas ampliamente por la prensa internacional el Canciller ruso aclaró que nuestra presencia en Siria “es legítima, por invitación del gobierno legítimo y que conste que no lo es la presencia de EEUU y sus aliados quienes realizan acciones por cuenta propia y apoyan a los terroristas”.

Ya a mediados de noviembre el gobierno sirio urgió a la ONU a tomar medidas para poner fin a “los crímenes de guerra de la coalición que lidera EEUU”, que incluso han intentado evitar que la aviación rusa destruya posiciones de los miembros del Estado islámico.

En este complejo escenario, Irán, Turquía y Rusia nuevamente se reúnen en noviembre con representantes sirios para encontrar verdaderas soluciones al conflicto que desangra a esa nación árabe.

Mientras tanto, gobierno y pueblo sirios acuden a la universal consigna de yanquis, vuelvan a casa, por considerarlos non grato en su territorio.

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