Drones, C-4 y terrorismo
7 de agosto de 2018
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Parecía tranquila la tarde en la Avenida Bolívar, en el centro de Caracas, cuando varias explosiones, muy cercanas al lugar donde hablaba el presidente Nicolás Maduro, alteraron el ritmo pacífico de un acto donde se conmemoraba el 81 aniversario de la fundación de la Guardia Nacional Bolivariana.
Los ataques, esta vez con drones cargados con explosivos C-4, tenían como destino al mandatario y a quienes lo acompañaban en la ceremonia. Se trata de un intento magnicidio con el cual se pretendía detener el proceso revolucionario en Venezuela.
Desesperación, frustración y quizás confianza en que esta vez sí descabezarían el proceso bolivariano, podrían estar unidos en esa acción.
Detrás de ella, como es lógico, los sectores más recalcitrantes de la oposición, aupados y financiados desde Estados Unidos y con ramificaciones en algún país vecino desde donde han salido otras maniobras.
Se constató que dos drones del modelo DJI M600 fueron lanzados con su carga de explosivos, directamente contra el lugar donde el presidente Maduro anunciaba nuevas medidas para fortalecer la economía venezolana y derrotar la guerra económica que desgasta al país.
Cada dron de élice contenía un kilogramo de explosivo C-4 con un poder de destrucción de un radio no menor a los 50 metros.
El ministro de Interior, Justicia y Paz de Venezuela, Néstor Reverol, informó que gracias a técnicas especiales de la Guardia de Honor presidencial y la instalación de equipos inhibidores de señales, se logró desorientar a ambos drones y que los explosivos se activaran fuera del perímetro planificado por los autores del hecho.
También se difundió que la organización terrorista Soldados de franelas se adjudicó el ataque al presidente Maduro. Esta célula está compuesta por reductos de la desarticulada banda paramilitar dirigida por el excomando del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Óscar Pérez, abatido por las Fuerzas Armadas venezolanas.
Otros elementos aportados por las investigaciones en curso, recuerdan que en abril del 2017 la cadena Fox News emitió un informe sobre el uso de drones comerciales, como el DJI M600, por parte del Estado Islámico en sus operaciones en Irak y Siria. Estos dispositivos son ahora un componente esencial en el modelo de guerra asimétrica en varios teatros de operaciones, debido a su bajo costo, fácil manejo, alto nivel de maniobrabilidad, capacidades furtivas y el fácil traslado y ocultamiento de dichas unidades.
Según “The New York Times”, los ataques con drones por fuerzas irregulares son cada vez más mortíferos y su despliegue impone un nuevo cuadro de vulnerabilidad a los factores militares, que ahora requieren el empleo de nuevas tecnologías para suprimir estas amenazas.
El hecho de que se utilicen los drones para actos de magnicidio contra el presidente venezolano, evidencia cuán identificada está la oposición y quienes la financian, con el terrorismo como arma para derribar gobiernos progresistas.
Contra Venezuela se han usado en los últimos años todo tipo de acciones criminales. Desde quema de personas en plena calle, sabotajes contra líneas eléctricas, bombas contra instituciones hasta el asesinato de chavistas por balas salidas de francotiradores.
En todo caso, la advertencia es no descuidar ni un solo instante, la defensa conjunta cívico-militar y fortalecer la unión del pueblo al lado de sus dirigentes, lo que hará posible derrocar este y cualquier otro plan terrorista de la oposición y sus aliados externos.
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